Definirse asexual en un mundo
sexualizado
Las
personas que sienten atracción física escasa o nula hacia los demás, y quieren y
pueden vivir sin sexo, se definen como asexuales. Estos evitan intercambiar
fluidos ya que no sienten placer en la práctica sexual y expresan el amor sin
necesidad de mantener relaciones sexuales. Su intimidad la expresan de una forma
más platónica y se diferencian de quienes eligieron el celibato.
El
miedo a la diferencia
Aunque
en la actualidad hay mayor aceptación a tendencias sexuales diferentes a la
heterosexualidad todavía se evidencian rechazos en muchos sectores. Hoy en día,
para muchas personas mayores de 45 años es más difícil aceptar otras tendencias.
a diferencia de las personas menores de cuarenta. En el contexto urbano existe
más empatía pero debido a muchas décadas de considerar a las conductas
homosexuales como anormales o pervertidas todavía existen personas con estas
perspectivas.
¿Hasta
dónde es sano el sexo sin compromiso?
«Desde
mi experiencia clínica he podido observar que a corto plazo se puede encontrar
el placer buscado. No obstante, culturalmente hemos sido formados para la
vinculación afectiva y es probable que exista culpa, tristeza e incluso ansiedad
en el mediano plazo», asegura Camilo Arbeláez, especialista del Centro de
Psicología Clínica Transformando Experiencias. Suele suceder que una de las
personas involucradas en una relación sin compromiso no está convencida y lo
permita por temor a perder al otro. Además establecer una relación sin
compromiso por mutuo acuerdo no limita la posibilidad de generar sentimientos.
El deseo de ser valorado y amado por otro es algo que venimos aprendiendo y al
no conseguirlo sentimos una gran frustración.
Los
factores ambientales y la
sexualidad
a. Los
modelos de aprendizaje en los diferentes contextos sociales -padres, hermanos,
familiares cercanos, pares y medios de comunicación- ejercen un papel modelador
sobre las personas. A partir de lo que observamos en hombres y mujeres
entendemos cuál es el rol masculino y femenino en la sociedad en la que nos
desenvolvemos.
b. Las
instrucciones que las personas ejercer sobre otros influyen en la expresión de
nuestra sexualidad. Por ejemplo, una persona que creció en un contexto familiar
machista, probablemente va a demostrar comportamientos machistas, ya sea hombre
o mujer.
c. Es
probable que las conductas que son reforzadas o premiadas se repitan, mientras
que las que son castigadas, se disminuyan. Por ejemplo, un hombre que reciba
burlas u ofensas cuando le ayuda a las mujeres en temas domésticos,
probablemente en una próxima ocasión permita que las mujeres se encarguen de
todo.
1 comentario:
Este es un artículo que, aunque breve, no tiene desperdicio ¿no creéis?
Os invito a que estéis atentos a la próxima entrega de nuestro programa Entre tú y yo. Hablaremos de cómo ha cambiado de un tiempo a esta parte la forma de buscar y formar pareja y analizaremos los motivos por los cuales hoy parece más difícil que en cualquier otra época anterior.
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