Los homosexuales han luchado durante siglos (siguen en ello) para que se
reconozca su derecho a estar con una persona de su mismo sexo. Los transgénero y
transexuales defienden que se escrute su libertad para mutar de género. Los
heteros son una corriente bastante cómoda a la que de vez en cuando le da por
decir que tiene más derechos que el resto; y los bisexuales piden
encarecidamente que nadie meta las narices en que hoy les apetezca estar con una
señorita y mañana con un señorote. Sin embargo, se nos escapa sin saberlo un
grupo de género. A menudo ni siquiera las otras minorías son conscientes de su
existencia. ¿Cuáles son los derechos que reivindican los asexuales?
Para muchos la palabra consiste tan solo en un término, la definición
biológica de una reproducción no corporal o simplemente cualquier cosa que
carezca de relaciones sexuales. La autora norteamericana Julie Sondra Decker (1978)
publicó en septiembre un libro
llamado The
invisible orientation (La orientación invisible) para hacer
constar que la asexualidad no es un vocablo, sino «un movimiento». Ella lo es y
quiere explicar al mundo que su preferencia es una inclinación colectiva que a
menudo se siente vulnerada sin que nadie se haga cargo de ello.
Julie, ¿qué es la
exactamente la asexualidad?
Hay distintos modos de verlo. Según la mayoría, es una falta de atracción
sexual; casi todas las personas asexuales dicen que ellos no se sienten atraídos
sexualmente a otras personas. Con menos frecuencia, se define asexualidad como
no estar interesado en el sexo, o simplemente no valorarlo.
Si es la falta de atracción sexual o la falta de su valoración o
simplemente la falta de sexo, ¿por qué lo consideras una orientación
sexual?
No considero la «falta de sexo» como una orientación sexual. Si alguien no
tiene relaciones sexuales, a eso se le llamaría castidad, o celibato o
abstinencia – todas esas palabras describen el comportamiento-. La asexualidad
es considerada una orientación sexual porque describe experiencias de atracción,
aunque sea atracción hacia nadie.
Tú eres asexual.
Sí, lo soy.
¿Y tú crees que la gente en general sabe que existís como
movimiento?
La gente sabe que hay personas que no quieren sexo en absoluto, o que no
quieren practicarlo mucho, pero por lo general piensan que se trata de
trastorno.
Por eso escribiste el libro.
Básicamente los asexuales necesitamos recursos mainstream, para
hacernos visibles, para explicar lo que significa asexualidad y que la sociedad
lo comprenda.
Supongo que a veces se hace difícil de concebir para algunos que no
querer sexo sea una inclinación sexual ¿Qué es eso en lo que la gente está
equivocada respecto a esta «orientación»?
Muchas personas piensan que la asexualidad es lo mismo que no tener
relaciones sexuales, y eso no es cierto. Piensan que los asexuales no tienen
relaciones románticas, ¡y muchos sí las tienen! Por lo general se cree que las
personas asexuales tienen un trastorno o una afección que les hace así, pero la
asexualidad no es una enfermedad ni tiene que ser propia de personas que se
sientan solas, o que son demasiado feas para obtener un compañero o que un día
«encontrarán a la persona adecuada» y dejarán de identificarse como asexuales…
Lo que a mi me gustaría conseguir es que la sociedad sea más respetuosa con los
que nos definimos como asexuales.
La verdad es que opino que has acertado en el título de tu libro. Se
sabe muy poco de vuestra orientación. No sé si te importa que te cuestione un
poco acerca de ella.
Adelante.
Julie, ¿eres
virgen?
Yo nunca he tenido relaciones sexuales. Muchos preferimos no incluir el sexo
en nuestras vidas.
Y una persona asexual, ¿nunca se siente excitada?
Varía. Algunas personas asexuales experimentan excitación sexual. Algunos no
lo hacen.
Pero si tienes excitación, dejas de ser asexual…
La capacidad para excitarse sexualmente no está relacionada con si alguien es
asexual.
¿Cuál es tu opinión acerca de tener sexo? Quiero decir, ¿existe algún
tipo de relación corporal para los asexuales, aunque no intervengan los órganos
sexuales? Por ejemplo, ¿hay besos en la boca?
Yo personalmente no estoy interesada en el sexo ni de acuerdo con él.
Tampoco me gusta besar y no deseo una pareja. Pero las opiniones sobre esto
entre asexuales varían enormemente. Su concepción del sexo, su opinión sobre
besarse, otros tipos de intimidad física… Están desde los que no toleran ningún
tipo de sexo a los que les gustan los besos y los abrazos.
Hablemos de amor. ¿Un asexual puede enamorarse?
Es lo mismo: Algunos lo hacen, otros no. Orientación romántica es diferente a
orientación sexual.
Y en el caso de un asexual enamorado, ¿cabe la relación con un pareja
que no sea asexual?
Sí, y las relaciones con más de dos personas a menudo incluyen a personas
asexuales también. Las personas asexuales somos pocos frecuentes, así que si
queremos tener una cita, a menudo es difícil encontrar otras personas asexuales.
La mayoría de personas asexuales que tienen relaciones románticas lo hacen con
parejas que no lo son.
Supongo que habrá casos en los que el asexual renuncie de su
condición por enamoramiento. ¿Es frecuente entre asexuales cambiar su
orientación a lo largo de la vida?
Para la mayor parte de las personas (incluyendo las asexuales) una
orientación sexual es una experiencia para toda la vida. Las orientaciones
sexuales describen patrones de vida que han sido coherentes en el pasado y el
presente. Sabiendo lo que experimenta una persona en su pasado se puede esperar
que va a ser en su futuro. Sin embargo, algunas personas, de cualquier
orientación, son sexualmente fluidas y sí experimentan ese cambio de
orientación. Los asexuales en el mismo grado que el resto.
Tengo entendido que el objetivo de vuestra reivindicación, más allá
de estar dirigido a la sociedad heterosexual, también es un llamamiento de
inclusión que lanzáis a las otras minorías. ¿Cuál es el problema? ¿Agrupaciones
como la LGTB no os tiene en cuenta como colectivo?
Yo creo que tiene sentido que las personas asexuales sean parte del entramado
global de este movimiento, porque muchos de nuestros problemas vienen del mismo
lugar. Se espera de nosotros que tengamos deseo sexual únicamente por gente de
nuestro distinto género, y se define nuestro éxito en función a esas relaciones.
Opino que los miembros de la LGBT son también los únicos capaces de entender
algunas de las dificultades que experimentamos como forasteros a una cultura que
no nos acepta, sin embargo, algunos de sus componentes piensan que los asexuales
no deben ser incluidos. Estos últimos argumentan que no hemos sufrido de la
misma forma o en la misma medida que ellos (y a veces eso es cierto), pero no
creo que la cuantificación de cuánto daño han hecho a unos o a otros deba ser la
única razón para poder organizar y difundir el conocimiento. Por suerte muchos
activistas homosexuales aceptan y entienden que tenemos objetivos similares y
que deben ser aliados.
AVEN son las siglas que
os representan a nivel internacional. ¿Eres parte activa de esta
plataforma?
No personalmente. Tengo una cuenta allí porque es la mayor organización
específica asexual on line. Mucha gente ha encontrado en ella un buen recurso
para hablar de sí mismos y aprender acerca de otras personas.
Dejas claro en tu libro que la asexualidad no es una enfermedad ni un
problema mental ni un caso de homosexualidad escondida. Y reivindicas que hay
otras maneras de no ser respetado. Cuando hablas de respecto al asexual, ¿de qué
estamos hablando?
El respeto a la asexualidad implica no contribuir a una cultura sexual
obligatoria, es decir, esperar que todas las personas tengan sexo y utilizar el
éxito sexual como medida de valor de una persona. La mayoría de formas de faltar
al respeto a las personas asexuales implican simplemente el hecho de negarse a
reconocer que la asexualidad es legítima, cuando se nos presiona para encontrar
una respuesta diferente.
La experiencia de la discriminación de las personas asexuales puede
manifestarse de muchas maneras: algunas son expresiones más violentas, como la
llamada «violación correctiva», que es cuando una persona que se identifica como
asexual da a conocer su inclinación y otra piensa que puede ser «curada» si es
forzada a tener relaciones sexuales. También es un estigma el rechazo de la
familia, los amigos, los compañeros…; y en ocasiones también existe una
discriminación institucional, como en el caso de individuos que son despedidos o
acosados por no participar en la cultura sexual o no estar dispuestos a aceptar
proposiciones de alguien de la oficina. También se nos ha explicado que el
matrimonio tiene que implicar sexo y no se acepta la adopción si no se tiene un
problema físico. Hasta supone un problema en inspecciones de inmigración, que
pueden juzgar un matrimonio como falso si no ha habido sexo entre ellos.
Somos tratados como personas heterosexuales «fallidas» y acosados por esto. A
veces, incluso en nuestras propias familias.
30 DICIEMBRE, 2014 Por Jaled
Abdelrahim
http://www.yorokobu.es/asexuales/
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