lunes, 14 de junio de 2010

Diario de una asexual. Cap.6

Lucía, septiembre de 2003

Aquella no fue mi única experiencia con el sexo. En estos últimos años y siempre después de una noche de juerga y copas, he tenido momentos de abandono y delirio en los que he vuelto a dejarme llevar y que me han hecho caer en las camas de nuevos amantes, aunque no siempre tan desconocidos como aquel primero.
Hace un par de años, uno de mis primos me presentó en una fiesta de Nochevieja a uno de sus amigos. Aquellas Navidades yo estaba muy disgustada con mi hermana, las cosas entre nosotras nunca han vuelto a estar bien desde su historia con Héctor. Ahora dice no estar enamorada de David, pero no pierde la ocasión de salir con él e incluso se van juntos de escapada romántica. David es un joven cubano, muy atractivo, educado y afectuoso, lo único que tiene de malo es que se va a Canadá en unos meses. Vino a España para reencontrarse con su familia antes de iniciar sus estudios en Toronto donde ya le han concedido una beca en la universidad. Mi hermana tiene trabajo aquí, aunque ya ha finalizado sus estudios, tiene la ilusión de opositar para lograr una plaza en educación. Las dos vemos absurda la posibilidad de una relación seria con David, ella misma se divierte con la idea de librarse de su conquistador presentándole amigas solteras. Tiene todo el aspecto de ser un latin lover, rubio y con los ojos azul cielo, pero se ha enamorado perdidamente de mi hermana desde que la vio por vez primera, es muy evidente. Yo la he preguntado en reiteradas ocasiones qué siente por él, conociendo como conozco su propensión a enamorarse, temo que me engaña cuando niega sentir algo más que cariño y amistad. Esta noche, celebraran la Nochevieja en su casa, con su familia, como una pareja formal. No entiendo porqué me miente, he llegado a pensar que se engaña a si misma porque sabe que sus relaciones siempre son complicadas y que no le convienen, a pesar de lo cuál no puede evitar sumergirse en ellas sin más razonamientos. Quizá esa sea la mayor diferencia entre nosotras y es sin duda la fuente de todos nuestros enfrentamientos, ella es visceral y apasionada mientras que yo soy más fría y cerebral.
Una vez más me ha dejado plantada, como aquél verano con Héctor. Pero en esta ocasión, pienso ser la protagonista de mi propia película y voy a salir a divertirme sin pensar más en el asunto.
Mi primo me ha presentado a sus amigos, entre ellos está Víctor, un chico extraño, todo un personaje, pero es divertido. La fiesta invita a beber y yo empiezo mi juego inconsciente y seductor con él. Le cuento todos mis males, me escucha, bailamos......Es el tipo de chico que te agarra y no te suelta. No deja de abrazarme, me coge de la cintura, me besa el cuello y yo se lo permito. Poco a poco voy cediendo terreno al enemigo y me siento bien en el juego. Quizá en cualquier otra situación no hubiera permitido que un tipo como él se me acercase ni para un baile, no tiene nada de agraciado, está ebrio y gangosea. Además, no suelo soportar tanto sobeteo de nadie.
Sin embargo, esa noche volví a abandonarme en un nuevo intento por sentir, por ser ardiente y apasionada, pero una vez más algo falló. Envuelta en una nube etílica y despechada por el engaño y traición de mi hermana, volví a interpretar un papel que no era para mí.
Fue terrible la sensación al llegar a casa la mañana siguiente, pero en esta ocasión no solo por mí, por mi locura, también por él, es íntimo amigo de mi primo, un buen chico que me demostró cuál era la diferencia entre acostarse con alguien por placer y poner en el mismo acto sentimientos más románticos. A pesar de su torpe intento de satisfacerme se nota que no posee la habilidad ni la experiencia de mi joven amante venezolano, fue rápido, lo cuál dadas las circunstancias es preferible para mi. No sentí nada, perdida como estaba en mis propios pensamientos, me visitaron los fantasmas de la angustia y del remordimiento justo cuando ya era demasiado tarde. Me llevó a casa de su hermana, un piso desocupado que espera poder quedarse en régimen de alquiler el día que encuentre alguien con quien compartirlo.

Víctor se prendó de mí, tengo la sensación de que no hubiese querido llevarme a la cama tan pronto por temor a que todo quedase en un mero encuentro sexual. Él quería ir despacio conmigo, quería que juntos empezásemos algo duradero, así es de sentimental, y yo con mi comportamiento tiré por tierra sus ilusiones, fui superficial sin pensar en aquél momento en nadie más que en mi. Con la luz del día y los vapores etílicos ya disipados puedo darme cuenta de todo esto y me siento mal por partida doble.
He vuelto a ver a Víctor en más de una ocasión. El pobre muchacho se ha enamorado de mi a pesar de que sabe que no le quiero, es más, me consta que en ocasiones he llegado a ser brusca con él incluso delante de sus amigos que nos provocan para ver si un año de estos nos convertimos en la extraña pareja. No puedo evitarlo, después de las confianzas otorgadas aquél fatídico fin de año, cada vez que me ve se engancha a mi y me agarra hasta casi no dejarme espacio para respirar, me pone carita de perrillo abandonado si hablo un momento con otro que no sea él, no lo soporto, nunca me ha gustado caminar abrazada o de la mano de nadie, ni siquiera cuando salía con Julio, aunque era diferente. Mí primo, que quiere a su amigo, no me reprocha nada, he tenido ocasiones de sobra para explicarle mi sentir hacia Víctor y tiene claro, conociéndonos a ambos, que no tenemos nada que ver. Víctor busca una esposa, una mujer hogareña que le de hijos y cuide de él y de su casa. Yo soy exactamente el polo opuesto, no quiero ser madre de nadie y mucho menos de mi futura pareja. Siempre he sido mujer independiente, no estoy acostumbrada a pedir ayuda de ningún tipo y deseo que pasen pronto estos meses para poder instalarme en mi propia casa, sola, al fin. Tal vez suene huraño por mi parte todo esto pero no soy una persona fría. A pesar de mi carácter independiente, necesito del cariño de mis amigos, de su presencia y trato. Supongo que esta tan solo sea una etapa de transición y que muy pronto soplarán vientos más cálidos para el amor.

Lucía, junio de 2004

Hace tres meses que David, el novio de mi hermana se ha marchado definitivamente a Canadá para iniciar sus estudios y mi hermana ya tiene todo preparado para irse con él.
Yo ya tengo mi piso y muchas ganas de terminar de acondicionarlo para mudarme cuanto antes.
Este ha sido un año de grandes cambios, cambios necesarios y positivos. La vida avanza y nos empuja a crecer y emanciparnos.
Al final seré yo la primera que abandone el nido familiar, pero mi hermana no tardando mucho emprenderá el viaje más importante de su vida y con él romperá el cordón que nos unía y que tanto daño nos ha causado a ambas. Lleva un permiso de residencia temporal que la permitirá quedarse en Toronto por tres meses tras los cuales tendrá que regresar, a menos que, encuentre un trabajo o se case con un residente. Ya nos ha comunicado sus intenciones de casarse con David, no tiene dudas y aunque todos estamos perplejos y confusos, nadie se opondrá a sus deseos. Va a ser duro para mis padres dejarla ir sola, tan lejos y sin más respaldo que el de un joven al que apenas les ha dado tiempo a conocer. Pero la vida es así, ella es lo suficientemente adulta e inteligente como para saber lo que hace y que, si algo no sale bien, aquí todos la recibiremos con los brazos abiertos. Se que nuestros padres sufrirán, pero yo estoy muy tranquila, casi sorprendida por lo bien que estoy llevando todo esto. En el fondo se que es lo mejor para ambas y confío en que esta vez todo le vaya bien.
Mi mente cuadriculada siempre ha tenido muy claros los objetivos a alcanzar en la vida y el orden en que debían ser alcanzados, una carrera, un trabajo, una casa, un coche, un marido, hijos,.....Todo muy clásico quizá pero culpo a la sociedad por inculcarme estos deseos. Por ello, pensé que cuando lograse tener mi propia casa, todos mis esfuerzos se dirigirían al empeño de encontrar una pareja sentimental, tal vez luego, el deseo de tener mis propios hijos me llevara a crear mi propia familia y luego ya nada más me crearía incertidumbre, luego mi gran lucha se convertiría en las pequeñas batallas cotidianas que siempre había visto librar con éxito a las mujeres de mi familia. Me temo que soy algo obsesiva cuando de conseguir mis metas se trata, y no me permito la más leve distracción hasta que logro lo que quiero. De esta forma, siempre culpé de mi nula apetencia sentimental por los hombres al ciego empeño por acabar mis estudios para así sentirme realizada, a la agotadora búsqueda de una estabilidad económica que me hiciera sentir libre, a mi necesidad vital de tener mi propia casa y ser por fin independiente. Pensé que con todo ello, una vez logrado, me sentiría más plena, que mis obsesiones desaparecerían y dejarían espacio para que surgieran nuevas necesidades menos materialistas. Tal vez así comenzase la siguiente etapa y sentiría la falta de un amor, un ser para compartir todo lo logrado y con quien construir el futuro. Ahora, el tiempo dirá.

4 comentarios:

Aliena23 dijo...

Si sale la pelicula de "Dairio de una asexual" voy y me la veo el mismisimo dia del estreno :). Excelente como siempre, muchos asexuales dicen que la asexualidad es producto de la crianza, de las circunstancias. Pero tu eres prueba de que no, tu hermana es totalmente diferente a ti y criadas en la misma familia. Igual sucede con mi hermana, ella siempre ha sido todo corazón, y yo más razón. Siendo ella 7 años mayor que yo, muchas veces me dijo llorando cuando se encontraba en una decepción amorosa "No se enamore nunca, que cuando le rompen a uno el corazón es muy duro" y vaya que si le hecho caso :), aunque no es desición mia, es de mi corazón.
Me he imaginado la escena con el Hector y me ha hecho gracia, vaya que lo enamoraste. Ese tipo de hombres son los conejillos de indias que muchos asexuales hemos tomado y hemos herido en el proceso. Pero es que a la hora de experimentar entran en conflicto dos ideas. La primera, tomar un tipo cualquiera de la calle y hacerlo una sola noche (Yo por lo menos no soy de ese tipo, me daria un miedo terrible irme con un desconocido, ademas que mi reputación entraria en juego)y la segunda es ensayar con alguien a quien conocemos, alguien con quien tenemos derecho a experimentar a los ojos de la sociedad en general , lo anterior significa : alguien con que se tenga una relación sentimiental o algun otro tipo de relación cercana. Lo anterior significa mayor probabilidad de causar daño emocional, porque esa persona ya no estaria teniendo sexo con un cuerpo, si no tambien con el alma que este cuerpo contiene.

Lucía dijo...

Exactamente, Aliena. Me encanta cómo empatizas conmigo....Desde luego con un público como tú apetece escribir una segunda parte...o hacer la película, jeje.
Gracias!!!
Ya estoy llegando al final.

Diego83 dijo...

Como molaría coger la cámara de vídeo y hacer un pequeño corto sobre la asexualidad.

Me pongo a pensar en ello

Lucía dijo...

glupsss!!! ¿te he dicho alguna vez que quiero ser actríz? ¿y lo mala que soy en los casting?
Estaría fantástico Diego, si pensamos una buena historia que refleje lo que sentimos los asexuales o lo que es la asexualidad.......podríamos hacer un guión y, tal vez, hasta rodar.
Mi cuñado es escritor y tiene experiencia en rodaje de cortos guiones y todo eso.....