lunes, 28 de junio de 2010

Diario de una asexual. Cap.8



Lucia, enero de 2009.

Al no encontrar otra salida laboral, he vuelto a trabajar en eventos culturales. El pasado agosto trabajé como azafata en un museo de la ciudad y desde octubre trabajo dando talleres de alimentación y salud a escolares de primaria. Así han ido trascurriendo estos últimos años en los que no he tenido nada nuevo que contarte mi querido diario. Procuro centrarme en el trabajo y en la preparación de oposiciones. Voy de proyecto en proyecto y aunque no gano mucho estoy encantada, el trato con los niños es muy gratificante y el trabajo me hace sentir útil.
Me siento mucho mejor, he pasado las Navidades en casa de mis padres, los tres solos, pero gracias a la magia de Internet Eva y mi cuñado han tomado las uvas con nosotros y aún en la distancia nos pareció compartir mesa todos juntos.
Mis padres siempre han querido ser abuelos, desde que Eva se casó albergan la esperanza de que considere la opción de volver a España para que, cuando tengan a sus hijos, los podamos disfrutar en familia y ayudarles en su cuidado cuando ellos trabajen. Pero mi hermana no tiene pensado ser madre por el momento y por ello las expectativas ahora se fijan en mí. El otro día me quedé a comer con ellos y, ya en la sobremesa, mi padre sacó el tema, apenado me ha dicho que le encantaría tener un nieto, alguien que heredase nuestros escasos bienes, esos que tanto esfuerzo y años nos han costado, le duele pensar que con su hija pequeña tan lejos y conmigo soltera, nadie vaya a disfrutar la casa que con sus propias manos ha ido construyendo en el pueblo. Cuando ellos ya no puedan ir, ¿quién va a disfrutarla ? me pregunta. Yo le respondo que haré lo que pueda para mantenerla y conservarla mientras viva, esa casa ha ido creciendo conmigo año tras año. Se que no quiere ni imaginar que un día la ponga en venta o que la alquile. Me dice que sería perfecto que yo formase una familia, sabe que no me queda mucho tiempo para ser madre biológica, con mi edad ya debería estar casada. Intento tranquilizarle comentando mi idea de adoptar en unos años, la propuesta no le entusiasma, él quisiera un heredero de sangre. Con toda esta charla me animo, parece el momento adecuado para comentarle mi parecer acerca de los hombres y mi relación con ellos, le hago partícipe de mi sospecha, yo no soy capaz, no me veo con pareja y eso echa por tierra toda ilusión de ser esposa y madre algún día. No creo que vaya a casarme nunca, no es algo que me obsesione pero despierta mi curiosidad, después de toda una vida de intentos fallidos en eso de enamorarme, el saber qué ocurre conmigo. Aprovecho para hablar con los dos y decirles que yo soy diferente, ni siquiera se en qué, pero no me siento igual a las demás mujeres que conozco, no soy homosexual, no se qué soy. La palabra asexual ronda por mi mente desde hace ya un par de años, al principio como un chiste a contar entre mis amigas cada vez que mencionan a alguno de mis pretendientes y me plantean la posibilidad de un romance. Yo les quito la idea de la cabeza para evitar que me sigan insistiendo en el tema alegando en tono de humor que “yo soy asexual”, como decía aquél cómico en un programa de televisión.
Mis padres no saben muy bien de lo que les hablo y no les culpo, ni yo lo se, achacan la forma en que me siento a mi estado depresivo, aunque ya estoy curada no puedo evitar caer de vez en cuando en la distímia. Yo no se qué pensar, se que el no haber encontrado una estabilidad laboral ni personal afecta gravemente a mi estado anímico, me siento inútil en todas las facetas de mi vida, una fracasada. Mis padres se desesperan al verme así, no saben cómo ayudarme y siempre me animan tratando de restar hierro al asunto: -ya verás cómo con el tiempo todo llegará.- me dicen.
Si no fuese porque llevo más de diez años tratando de auto convencerme de ello sin ver nunca el final del túnel puede que me sirviera aún esta frase, pero se que todo depende de uno mismo, que tengo que seguir luchando sin dejarme caer de nuevo en el suelo del desánimo. Desde luego, el saber que ellos están ahí es lo que me da fuerzas para no volver a deprimirme.
En algún lugar he leído:
"Las cosas siempre suceden por algo, pero jamás preguntes por qué...”

Si este verano no tengo trabajo me iré unas semanas al pueblo, creo que me hará bien.

Lucía, agosto de 2009

Ayer fui de boda, se casó uno de mis primos más jóvenes. Las bodas no son la mejor de las celebraciones para alguien como yo, me refiero a mujer soltera y entrada en años, la típica solterona que nunca falta en toda buena familia. Es inevitable en un evento de estas características, en el que ves a gente que hace siglos no veías y con quienes no tienes ningún tipo de comunicación, gente a quien tienen que presentarte relacionándote con frases del tipo “Es la hija de...., sobrina de...., la que está soltera”, que todo el mundo quiera saber sobre ti en ese momento todo aquello por lo que no se interesó en una vida, y no falta la pregunta: ¿cuántos años tienes ya? ¿no tienes novio?, o directamente: “¿cuándo piensas casarte?, que se te pasa el arroz..., mira tu primo. Tú tenias que haberte casado primero que eres la mayor”.
De los cinco primos que somos por parte de mi madre, por suerte o desgracia, yo soy la mayor. Fue mi hermana la primera en casarse, pero todos los demás tienen pareja desde hace ya unos respetables años, así pues, todos y todas han venido acompañados menos yo. Soy el centro de atención de todas aquellas Celestinas que creen en su poder casamentero y siento penetrantes miradas en la nuca a cada paso que doy por la sala de festejo. Sin duda soy la flor discordante en el ramo de una novia.
Para mi tranquilidad y bienestar, le había pedido a mi primo que me colocase en la mesa junto con el resto de nuestros primos y sus parejas y así se hizo, la sorpresa fue que las mesas eran grandes y en la nuestra colocaron entre nosotros a un matrimonio amigos del novio, su bebé y un joven de mi edad aproximadamente, que también venía solo. La gracia fue que resultó ser cura. También resultó ser encantador, además de atractivo y buen conversador. Nada le hubiera delatado de no ser porque, en algún momento de la tarde, alguien comentó que por qué lo habían colocado a mi lado habiendo solteros en la fiesta. El chico en cuestión resultó ser muy de mi agrado como persona, nada estereotipado como cura y muy abierto.
Es otra de las grandes incógnitas de mi vida el hecho de que desde muy jovencita me causaran una morbosa atracción los hombres con sotana, sin que esto tenga nada que ver con mi sentir religioso que es nulo. Yo diría que son los únicos hombres que despiertan en mi cierto deseo sexual. Es casi una perversión que no pasará nunca de ser una mera fantasía erótica, pero desde que “me enamoré” del joven párroco que me dio la primera comunión, he soñado alguna que otra vez con seducir a un religioso, algo así como en la escena cumbre de la película “El nombre de la Rosa”. Es una lástima no haber tenido más ocasiones para vernos, con motivo de la boda o con cualquier otro motivo.
Sí, confieso que me hubiese encantado experimentar con él mi fantasía y, ya de paso, robarle un miembro a esa secta que, en mi opinión, es el clero.

En mi tierra existe la arraigada, y no se si fundada, creencia de que de toda boda sale otra boda. Y aunque esto no me atañe, comprobé que mis celestinas no cejaban en el empeño de buscar una solución a mi soltería, por lo que no les gustó nada que pasase tanto tiempo hablando con una causa perdida como la de este joven.

En fin, la fiesta acabó, bailé con todos los viejos de esta y la otra parte de la familia, charlé con unos y con otras y hasta alcancé a recoger el ramo que lanzó la novia a todas las solteras y casaderas, como manda la tradición. Qué ironía!!

Por suerte, ahora estoy en mi casita de verano, lejos de todo aquello. Aquí el mundanal ruido se oculta tras el sonido de las aguas del Tormes que baja rápido y caudaloso, el cantar de los múltiples pájaros, todos con su particular trino a cuál más hermoso, el sonido de la brisa de la sierra que puedo ver ondulando el horizonte desde la ventana de mi habitación,...... Sonidos que enmudecen los ruidos de mi cabeza y, cual bálsamo milagroso, me ayudan a olvidar.
Este año, por primera vez, he logrado conectarme a Internet desde aquí. Acabo de terminar las pruebas de oposición y necesito estar al tanto de los resultados y la elaboración de las listas de interinos, de ello depende que pueda comenzar a trabajar como maestra lo antes posible.
Pero todos sabemos que Internet es un mundo de posibilidades, el templo de la información, y la desinformación también, bueno es saberlo. La tentación en esta mañana soporífera de calor infernal es grande y aquí, tumbada bajo la sombrilla en mi hamaca de jardín, mis dedos teclean casi sin permiso. De pronto, la palabra Asexualidad escrita en el Google comienza a lazar los resultados de una búsqueda impensable ......
No quepo en mi asombro!!! Ante mí aparecen un montón de posibilidades, pero lo primero y más llamativo es conocer la definición que me ofrece la wikipedia . Releo una y otra vez las pocas palabras que, inesperadamente, dan sentido a toda una vida de dudas sin respuesta. No puede ser cierto.... !! Una voz desde la cocina me saca de mi desconcierto y apago el ordenador para ir a comer sin bajarme de la nube en la que floto de repente, temblando de emoción y entusiasmada por este descubrimiento que ha inundado mi cerebro, solo quiero volver a encender el portátil para seguir investigando en el nuevo mundo que se ha abierto ante mi.

Chistecito para ellos y ellas

POEMA ESCRITO POR ÉL:

Qué feliz soy amor mío! pronto estaremos casados, el desayuno en la cama, un buen jugo y pan tostado. Con huevos bien revueltitos, todo listo bien temprano. Saldré yo hacia la oficina y tú rápido al mercado. Pues en sólo media hora debes llegar al trabajo, Y seguro dejarás todo ya bien arreglado.. Tu bien sabes que en la noche me gusta cenar temprano. Eso sí, nunca te olvides que yo vuelvo muy cansado. Por la noche, teleseries, Cinemateca barato. No iremos nunca de shopping, ni de restaurantes caros, Ni de gastar los dineros, ni despilfarrar los cuartos. Tu guisarás para mi, sólo comida casera. Yo no soy como a la gente que le gusta comer fuera... ¿No te parece, querida que serán días gloriosos? y no olvides que muy pronto, yo seré tu amante esposo.


RESPUESTA ESCRITA POR ELLA

Que sincero eres mi amor!, Que oportunas tus palabras! Tu esperas tanto de mí que me siento intimidada. No se hacer huevos revueltos como tu mamá adorada, se me quema el pan tostado..... de cocina no se nada. A mi me gusta dormir casi toda la mañana, ir de shopping, hacer compras con la Mastercard dorada, Tomar té o el cafecito en alguna linda plaza, comprar todo de diseño y la ropita muy cara. Conciertos de Luis Miguel, cenas en La Guacamaya , mis viajes a Punta Cana a pasar la temporada. Piénsalo bien, aún hay tiempo, la iglesia no está pagada. Yo devuelvo mi vestido, y tú, tu traje de gala.

Y el domingo bien temprano para empezar la semana pon un aviso en el diario, con letra bien destacada: 'HOMBRE JOVEN Y BUEN MOZO BUSCA UNA ESCLAVA MUY LERDA PORQUE SU EX FUTURA ESPOSA, AYER LO MANDÓ A LA MIERDA !!!!!!

lunes, 21 de junio de 2010

La sabiduría de los años



Un anciano tenía una finca con un lago.

Después de algún tiempo, decide ir a ver si estaba todo en orden. Cogió un cesto para aprovechar el paseo y traer unas frutas por el camino.

Al aproximarse al lago, escucho voces animadas Vio un grupo de mujeres bañándose, completamente desnudas. Al verlo todas se fueron a la parte más honda del lago, manteniendo solamente la cabeza fuera del agua.


Una de las mujeres gritó: -No saldremos mientras usted no se aleje!


El viejo respondió: -Yo no vengo hasta aquí para verlas nadar o salir desnudas del lago!


Levantando el cesto, les dijo: - Estoy aquí nada más que para dar de comer al cocodrilo....


Edad, experiencia y oficio, siempre triunfaran sobre la juventud y el entusiasmo...

Diario de una asexual. Cap.7




Lucía, julio de 2005.

Ya ha pasado un año desde que mi hermana se fue. Ahora es una feliz mujer casada con trabajo y residencia en Toronto.
Yo llevo el mismo tiempo viviendo en mi nuevo hogar. Las aguas parecen haber tomado su cauce natural pero aún así, siento que me ahogan. Mi último contrato laboral se acaba sin posibilidad de renovación, me quedo sin los ingresos que han ido solventando mis facturas y la hipoteca. Es verano y no se si quedarme en casa y buscar trabajo desde ya mismo o irme de aquí una temporada, dejar que mi familia me arrope hasta sentirme mejor. Lo cierto es que me veo sumida en una depresión y sin fuerzas para comenzar esta batalla.
Por primera vez en todo este tiempo la sensación de soledad se me ha caído encima y el golpe ha terminado obligándome a buscar ayuda médica. No tengo ganas de levantarme de la cama, me cuesta dormir porque en mi cabeza bullen mil historias y un millón de malos recuerdos, lloro a todas horas sin consuelo y me siento la persona más patética del mundo. Sin duda todas las penas, los conflictos internos, las batallas perdidas en los últimos años, me han hecho enfermar y ahora ya ni se porqué sufro. La verdad es que tampoco me importa en este momento, nada tiene sentido en mi vida, me siento inútil para la sociedad, al no ser capaz de encontrar un trabajo permanente, y para mí misma, incapaz como soy de ser completa, de encontrar una persona que me haga cambiar de rumbo la vida y dé vuelta a mis ideas prefabricadas, alguien que sea mi apoyo y confidente, que ocupe en definitiva el hueco que creí pertenecería por siempre a mi hermana. Hace un año que no la vemos y este verano tampoco vendrán, será difícil estar en el pueblo sin ella. No faltarán los recuerdos en cada esquina de la casa familiar, en el río, en los paseos de la tarde. ¿Por qué no puedo dejar atras el pasado? No encuentro la manera de sacar a delante mi vida como lo hacen los demás, viéndoles desde mi isla todo parece tan sencillo....¿Por qué todo se me complica? ¿Qué demonios pasa conmigo?

En toda mi vida nadie ha despertado en mi la necesidad de formalizar una relación, no encuentro a nadie que me atraiga completamente, es inútil seguir sometiéndome a experimentos sexuales que siempre me dejan un inmenso vacío y sensaciones muy desagradables y confusas. ¿Qué me pasa? ¿por qué no pueden ocurrirme a mi las cosas que les pasan a los demás? Mis amigas se han emparejado o incluso casado recientemente, mis amigos tienen novias y trabajos fijos que hacen cada vez más difícil que podamos vernos y quedar como antes, por su puesto es natural y me alegro por ellos, pero todo se va al traste para mi y parece que mi evolución se ha detenido súbitamente cuando apenas empezaba. Las aguas del río de la vida trasportan y mecen dulcemente en su caminar sin tregua a la gente que me rodea sin que ellos, en su avance, sean conscientes tan siquiera, tan solo se dejan llevar, mientras yo, sin barca ni salvavidas me voy poco a poco al fondo, las aguas bravas no dejan que saque la cabeza para respirar y cuando lo hago, me golpean contra las rocas que emergen inesperadas a mi paso sinque nadie lo vea, sin una mano amiga que me saque del agua. No puedo retener las lágrimas que crecen hasta convertirse en llanto día y noche, necesito medicación.

Llevo un par de meses con tratamiento psiquiátrico para la depresión. Aunque la doctora solo me cita una vez al mes para hacerme una nueva receta y ver cómo sigo, yo quiero aprovechar las visitas para plantearle mis dudas. Siento un enorme vacío existencial y esta mujer parece no tomarme en serio. Le digo que la relación que desde pequeñas tuvimos mi hermana y yo tal vez tenga algo que ver con la angustia que ahora me produce tenerla tan lejos, que mis amistades se van alejando también porque cada uno ha encontrado su camino y sus intereses son otros actualmente, que las amigas solteras que me quedan están buscando pareja desesperadas y me aburren con su monotemática conversación, sus inquietudes nada tienen que ver con las mías y hasta empiezo a tener dudas sobre mi sexualidad, ya no se si me gustan las mujeres o los hombres, quién sabe, tal vez todo esto enmascare una homosexualidad reprimida...... La doctora se limita a recetarme paseos, aunque sean en solitario dice, me harán bien, y alguna actividad donde poder entablar nuevas relaciones. Para la ansiedad me recomienda Tai Chi o yoga y, sobre mis dudas sexuales afirma no ser ella la que deba resolver esa cuestión porque yo mejor que nadie debería saberlo, en esto estamos de acuerdo aunque yo siento que deberíamos haber profundizado más en el tema. En el fondo, tras mi ser independiente creo firmemente que la vida está hecha para caminar por ella de dos en dos, todo es más llevadero si es compartido. Me dice que tengo una muy buena capacidad de auto análisis y que no puede hacer nada más por mí, que siga con las pastillas para la ansiedad y las píldoras para dormir y que, a partir de ahora, acuda a mi médico de cabecera si vuelvo a sentirme mal.
El camino ha sido largo y oscuro, he vivido un duelo que, estoy segura, pronto superaré.
Al final romper el cordón umbilical que me ataba a mi hermana me ha servido para encontrarme conmigo misma. Es el principio de un descubrimiento novedosos. Esa enfermiza relación de dependencia que tenía con ella me nublaba el pensamiento, me puso una venda en los ojos de la que tan solo ahora he podido liberarme, aunque no gracias a la ayuda de la sagaz especialista que, eso sí, supo recetarme las pastillas adecuadas para calmar mi mente inquieta y ayudarme a centrar de nuevo mis pensamientos.
Aunque suene extraño, había aceptado que Eva, mi hermana, ahora puedo revelar su nombre sin sentir dolor y rabia hacia ella, sería mi compañera el resto de nuestras vidas. No hubiera sido nada inusual en nuestra familia ya que los dos hermanos solteros de nuestro padre comparten piso y vida desde siempre, también los padrinos de bautizo de Eva, Amelia y José, siguen solteros y viviendo en el antiguo piso familiar, dos hermanas hijas de unos amigos de nuestros padres... Conozco más casos en nuestro entorno y se que nadie nos lo hubiera reprochado. Pero, nosotras hemos resultado ser más diferentes de lo que yo quise jamás.

Siempre le he hecho caso al saber popular que dice que no hay mal que por bien no venga, y espero que todo el mal que he padecido hasta ahora y que me envenenaba, tenga su finalidad. Todo lo sufrido, todo lo llorado, ha abierto los ojos de mi mente haciéndome más consciente de mi misma y de quién soy, creo que empiezo a mudar la vieja piel del pasado para vestir con otra nueva y más resistente. He de aprender a depender tan solo de mí ya que es muy posible que mi destino sea caminar sola, debo creer más en mí. He de empezar a conocerme y a aceptarme. Aún queda mucho camino por andar pero esta vez sobre firme, fuera del agua.

lunes, 14 de junio de 2010

Diario de una asexual. Cap.6

Lucía, septiembre de 2003

Aquella no fue mi única experiencia con el sexo. En estos últimos años y siempre después de una noche de juerga y copas, he tenido momentos de abandono y delirio en los que he vuelto a dejarme llevar y que me han hecho caer en las camas de nuevos amantes, aunque no siempre tan desconocidos como aquel primero.
Hace un par de años, uno de mis primos me presentó en una fiesta de Nochevieja a uno de sus amigos. Aquellas Navidades yo estaba muy disgustada con mi hermana, las cosas entre nosotras nunca han vuelto a estar bien desde su historia con Héctor. Ahora dice no estar enamorada de David, pero no pierde la ocasión de salir con él e incluso se van juntos de escapada romántica. David es un joven cubano, muy atractivo, educado y afectuoso, lo único que tiene de malo es que se va a Canadá en unos meses. Vino a España para reencontrarse con su familia antes de iniciar sus estudios en Toronto donde ya le han concedido una beca en la universidad. Mi hermana tiene trabajo aquí, aunque ya ha finalizado sus estudios, tiene la ilusión de opositar para lograr una plaza en educación. Las dos vemos absurda la posibilidad de una relación seria con David, ella misma se divierte con la idea de librarse de su conquistador presentándole amigas solteras. Tiene todo el aspecto de ser un latin lover, rubio y con los ojos azul cielo, pero se ha enamorado perdidamente de mi hermana desde que la vio por vez primera, es muy evidente. Yo la he preguntado en reiteradas ocasiones qué siente por él, conociendo como conozco su propensión a enamorarse, temo que me engaña cuando niega sentir algo más que cariño y amistad. Esta noche, celebraran la Nochevieja en su casa, con su familia, como una pareja formal. No entiendo porqué me miente, he llegado a pensar que se engaña a si misma porque sabe que sus relaciones siempre son complicadas y que no le convienen, a pesar de lo cuál no puede evitar sumergirse en ellas sin más razonamientos. Quizá esa sea la mayor diferencia entre nosotras y es sin duda la fuente de todos nuestros enfrentamientos, ella es visceral y apasionada mientras que yo soy más fría y cerebral.
Una vez más me ha dejado plantada, como aquél verano con Héctor. Pero en esta ocasión, pienso ser la protagonista de mi propia película y voy a salir a divertirme sin pensar más en el asunto.
Mi primo me ha presentado a sus amigos, entre ellos está Víctor, un chico extraño, todo un personaje, pero es divertido. La fiesta invita a beber y yo empiezo mi juego inconsciente y seductor con él. Le cuento todos mis males, me escucha, bailamos......Es el tipo de chico que te agarra y no te suelta. No deja de abrazarme, me coge de la cintura, me besa el cuello y yo se lo permito. Poco a poco voy cediendo terreno al enemigo y me siento bien en el juego. Quizá en cualquier otra situación no hubiera permitido que un tipo como él se me acercase ni para un baile, no tiene nada de agraciado, está ebrio y gangosea. Además, no suelo soportar tanto sobeteo de nadie.
Sin embargo, esa noche volví a abandonarme en un nuevo intento por sentir, por ser ardiente y apasionada, pero una vez más algo falló. Envuelta en una nube etílica y despechada por el engaño y traición de mi hermana, volví a interpretar un papel que no era para mí.
Fue terrible la sensación al llegar a casa la mañana siguiente, pero en esta ocasión no solo por mí, por mi locura, también por él, es íntimo amigo de mi primo, un buen chico que me demostró cuál era la diferencia entre acostarse con alguien por placer y poner en el mismo acto sentimientos más románticos. A pesar de su torpe intento de satisfacerme se nota que no posee la habilidad ni la experiencia de mi joven amante venezolano, fue rápido, lo cuál dadas las circunstancias es preferible para mi. No sentí nada, perdida como estaba en mis propios pensamientos, me visitaron los fantasmas de la angustia y del remordimiento justo cuando ya era demasiado tarde. Me llevó a casa de su hermana, un piso desocupado que espera poder quedarse en régimen de alquiler el día que encuentre alguien con quien compartirlo.

Víctor se prendó de mí, tengo la sensación de que no hubiese querido llevarme a la cama tan pronto por temor a que todo quedase en un mero encuentro sexual. Él quería ir despacio conmigo, quería que juntos empezásemos algo duradero, así es de sentimental, y yo con mi comportamiento tiré por tierra sus ilusiones, fui superficial sin pensar en aquél momento en nadie más que en mi. Con la luz del día y los vapores etílicos ya disipados puedo darme cuenta de todo esto y me siento mal por partida doble.
He vuelto a ver a Víctor en más de una ocasión. El pobre muchacho se ha enamorado de mi a pesar de que sabe que no le quiero, es más, me consta que en ocasiones he llegado a ser brusca con él incluso delante de sus amigos que nos provocan para ver si un año de estos nos convertimos en la extraña pareja. No puedo evitarlo, después de las confianzas otorgadas aquél fatídico fin de año, cada vez que me ve se engancha a mi y me agarra hasta casi no dejarme espacio para respirar, me pone carita de perrillo abandonado si hablo un momento con otro que no sea él, no lo soporto, nunca me ha gustado caminar abrazada o de la mano de nadie, ni siquiera cuando salía con Julio, aunque era diferente. Mí primo, que quiere a su amigo, no me reprocha nada, he tenido ocasiones de sobra para explicarle mi sentir hacia Víctor y tiene claro, conociéndonos a ambos, que no tenemos nada que ver. Víctor busca una esposa, una mujer hogareña que le de hijos y cuide de él y de su casa. Yo soy exactamente el polo opuesto, no quiero ser madre de nadie y mucho menos de mi futura pareja. Siempre he sido mujer independiente, no estoy acostumbrada a pedir ayuda de ningún tipo y deseo que pasen pronto estos meses para poder instalarme en mi propia casa, sola, al fin. Tal vez suene huraño por mi parte todo esto pero no soy una persona fría. A pesar de mi carácter independiente, necesito del cariño de mis amigos, de su presencia y trato. Supongo que esta tan solo sea una etapa de transición y que muy pronto soplarán vientos más cálidos para el amor.

Lucía, junio de 2004

Hace tres meses que David, el novio de mi hermana se ha marchado definitivamente a Canadá para iniciar sus estudios y mi hermana ya tiene todo preparado para irse con él.
Yo ya tengo mi piso y muchas ganas de terminar de acondicionarlo para mudarme cuanto antes.
Este ha sido un año de grandes cambios, cambios necesarios y positivos. La vida avanza y nos empuja a crecer y emanciparnos.
Al final seré yo la primera que abandone el nido familiar, pero mi hermana no tardando mucho emprenderá el viaje más importante de su vida y con él romperá el cordón que nos unía y que tanto daño nos ha causado a ambas. Lleva un permiso de residencia temporal que la permitirá quedarse en Toronto por tres meses tras los cuales tendrá que regresar, a menos que, encuentre un trabajo o se case con un residente. Ya nos ha comunicado sus intenciones de casarse con David, no tiene dudas y aunque todos estamos perplejos y confusos, nadie se opondrá a sus deseos. Va a ser duro para mis padres dejarla ir sola, tan lejos y sin más respaldo que el de un joven al que apenas les ha dado tiempo a conocer. Pero la vida es así, ella es lo suficientemente adulta e inteligente como para saber lo que hace y que, si algo no sale bien, aquí todos la recibiremos con los brazos abiertos. Se que nuestros padres sufrirán, pero yo estoy muy tranquila, casi sorprendida por lo bien que estoy llevando todo esto. En el fondo se que es lo mejor para ambas y confío en que esta vez todo le vaya bien.
Mi mente cuadriculada siempre ha tenido muy claros los objetivos a alcanzar en la vida y el orden en que debían ser alcanzados, una carrera, un trabajo, una casa, un coche, un marido, hijos,.....Todo muy clásico quizá pero culpo a la sociedad por inculcarme estos deseos. Por ello, pensé que cuando lograse tener mi propia casa, todos mis esfuerzos se dirigirían al empeño de encontrar una pareja sentimental, tal vez luego, el deseo de tener mis propios hijos me llevara a crear mi propia familia y luego ya nada más me crearía incertidumbre, luego mi gran lucha se convertiría en las pequeñas batallas cotidianas que siempre había visto librar con éxito a las mujeres de mi familia. Me temo que soy algo obsesiva cuando de conseguir mis metas se trata, y no me permito la más leve distracción hasta que logro lo que quiero. De esta forma, siempre culpé de mi nula apetencia sentimental por los hombres al ciego empeño por acabar mis estudios para así sentirme realizada, a la agotadora búsqueda de una estabilidad económica que me hiciera sentir libre, a mi necesidad vital de tener mi propia casa y ser por fin independiente. Pensé que con todo ello, una vez logrado, me sentiría más plena, que mis obsesiones desaparecerían y dejarían espacio para que surgieran nuevas necesidades menos materialistas. Tal vez así comenzase la siguiente etapa y sentiría la falta de un amor, un ser para compartir todo lo logrado y con quien construir el futuro. Ahora, el tiempo dirá.

Premios del humor




Premio al mejor chiste corto de la historia:


¿En qué se parecen una "boda" y un "divorcio"?

- En que en la boda todo es arroz y en el divorcio todo es " paella ".


Finalista, como el mejor chiste corto del año:


Un niño de 3 años se estaba mirando sus testículos mientras se bañaba.

- "Mamá", preguntó, "¿Este es mi cerebro?"

- "Todavía no"

martes, 8 de junio de 2010

Humor para empezar bien la semana


Un Gerente está con un paquete de hojas frente a la trituradora de papeles. Se le ve desconcertado, mira por un lado, mira por el otro. En eso pasa un empleado y muy amablemente le dice:
- ¿Le ayudo?
El Gerente, agradecido, contesta:
- Muy amable, parece ser que me quedó grande la tecnología.
El empleado, muy diligente, toma el paquete de papeles, los coloca en una ranura, y se oye el sonido de los papeles cuando se hacen trizas. El empleado le dice al Gerente:
- ¿Ve que fácil?
y el Gerente pregunta:
- ¿Y por dónde salen las copias?

PREGUNTE PRIMERO ANTES DE ENTROMETERSE.
Uno siempre quiere adivinar lo que el jefe espera.
No se las de de adivino, es un muy mal método.

Diario de una asexual. Cap.5

Lucía, enero de 2001

Ya es hora de regresar a casa. La vida en Valencia no ha ido como esperábamos para ninguno de los tres.
Mi hermana hace meses que nos abandonó. No acabó de adaptarse a la ciudad y añora demasiado a la familia y a sus amigos.
En este último año he salido poco de fiesta, pero he conocido gente maravillosa en el trabajo. Sí, he encontrado trabajo en menos de un mes, soy correturnos en Blockbuster. No gano mucho pero me da para mantenerme y además comparto gastos con Manuel.
Julio ha venido a verme en verano, hemos pasado una semana estupenda juntos, nada parece haber cambiado entre nosotros aunque es cierto que nos mostramos más prudentes o recelosos a la hora de abrazarnos, es como volver a conquistar el terreno. Pero tenemos la grata sensación de saber que en todo este tiempo, nadie más a aparecido en nuestras vidas que pueda hacernos replantear nuestra relación. Yo, por mi parte, he tratado de mentalizarme desde la distancia de estos meses pensando que fácilmente, cualquier noche, conocerá en algún bar una chica que sepa lo que quiere y decida seducirlo, es un hombre muy guapo a pesar de no ser muy alto, es atento, equilibrado y muy divertido. Su diálogo es siempre ingenioso y tiene ese punto de ternura que no he visto nunca en nadie más y me encanta. Pero ni con todo esto se ha despertado en mi la pasión necesaria, entiendo yo, para normalizar nuestra situación hasta poder alcanzar compromisos más formales. Me gusta nuestra relación tal y como está, pero se que él no lo tiene tan claro como yo.
Pasadas las navidades, he regresado a casa, Manuel lo hará en a penas un mes. Le he dejado solo, no he visto otra solución ya que el dinero se acaba. Lo hemos pasado mal económicamente a pesar de no haberme faltado el trabajo, mi compañero ha tardado mucho en encontrarlo y he tenido que hacerme cargo de todos los gastos. Ahora él se queda hasta finalizar contrato, pero se ve forzado por mi marcha a regresar a casa y lo hace con una desagradable sensación de fracaso.
De todos modos, he crecido mucho con la experiencia y regreso dispuesta a encontrar una nueva oportunidad en mi tierra.
Las amistades de siempre, con las que nunca perdí el contacto, han ido encontrando sus parejas, sus trabajos, y las relaciones han cambiado. Parece mentira el enorme cambio en tan poco tiempo. Han pasado muchas cosas por aquí en este último año de ausencia.

Lucía, agosto de 2001

Fue en febrero la última vez que vi a Julio. Le he visto tres veces más desde que regresé. En esa ocasión le noté desesperado como nunca antes, se diría que muy nervioso. Fue todo tan extraño. Sin perder ni por un minuto la dulzura ni su eterna sonrisa, me agarraba de la cintura mientras caminábamos de un modo muy diferente a como solíamos hacer. Yo me sentía la tabla a la que se aferra el naufrago esperando la ola que lo arrastre al fondo inevitablemente. Le vi rendirse y no entendí nada en aquel momento. Me dejé abrazar por él aunque de su cuerpo me llegaba como una corriente fría en lugar del calor a que me tenía acostumbrada. Las situaciones resultaban forzadas, trataba de decirme algo pero no sabía cómo ni yo sospechaba el qué.
Ya es verano de nuevo, todo acaba de encajar. Se por una amiga que julio ha vuelto con su ex novia. Fue su primera novia y la causa de que Julio y yo nos conociéramos. Cuando acabó su relación, él buscó refugio en sus amigos que también eran los míos y así, amparados y protegidos vimos crecer nuestra amistad hasta convertirse en una historia que nadie más podrá entender. Pero aquella tarde, en febrero, creo que trató de encontrar, en alguno de los dos, los motivos para continuar con algo que nunca llegó a empezar siquiera. Yo me había enfriado, volví convencida de que no le quería y dispuesta a dejarle ir si se presentaba el caso, y así ha sido. No puedo sentirme mal. Me duele el saber que ya no estará ahí ni como amigo, pero se que deseaba tener pareja, una relación normal con planes de futuro y compromiso mutuo.
Ahora siento que una nueva etapa comienza en mi vida y he de poner punto final a todo lo demás.

Lucía, noviembre de 2001

Salgo muy a menudo a bailar, es algo que me encanta. Mi aspecto físico ha ido mejorando y refleja mi cambio interior. Soy más segura, más fuerte e independiente. He decidido comprarme un piso porque los alquileres no me resultan más baratos que las hipotecas y parece que la gente es reacia a arrendar pisos a la juventud, sobre todo si como yo no tienes un contrato fijo. Desde que llegué no he tenido problema para encontrar trabajo y, como vivo de nuevo con mis padres, lo poco que gano me da para ahorrar.
La pasada noche, como tantas otras, conocí a un chico. Resulta gracioso que si bien por el día parezco invisible para los hombres, en la noche tengo el éxito asegurado y, a pesar de ser la menos interesada en conocer a alguien, de entre todas mis amigas soy la que se lleva la palma en las conquistas. Será por mi forma de bailar, todos me dicen que resulta muy sexy!!
No suelo hacer caso alguno a los chicos que se me acercan. Un baile, una copa con charla, e incluso unos pocos besos es lo más que se han llevado de mí, hasta la otra noche. El chico que se acercó a conocerme era diferente, era venezolano y quizá su acento tan de telenovela me desarmó. Me contó toda su vida entre baile y copas, nos acompañó hasta bien entrada la madrugada a mis amigas y a mí. No pude despedirme de él, sus besos me lo impedían. Cuando acompañamos a mis amigas a la parada de taxis y nos quedamos solos, no se qué me ocurrió. Estaba embriaga de alcohol pero no tanto como para no saber lo que hacía, sus palabras me hacían sentir que nos conocíamos quizá de otra vida, sus besos no demostraban excitación y no me sentí presionada a acompañarle hasta su casa. Simplemente me dejé llevar.
De esto hace dos días y mi cuerpo tiembla como si algo dentro de mi quisiera escapar y permanecer ajeno a todo aquello. Mi ser rechaza todo recuerdo tratando de negar lo que ocurrió. ¿Pero por qué? ¿Por qué me siento así si fue algo bonito que muchas hubieran deseado vivir? Fue un momento dulce, romántico, cálido. A pesar de mi mala conciencia, me siento bien por haber sido capaz de demostrarme a mí misma que no tengo ningún rechazo al sexo, que soy capaz de dejarme querer. Ahora las preguntas se agolpan en mi cabeza, el corazón me va a mil y quisiera poder explicarme por qué con él sí y con Julio no. He de admitir que no me quedan más ganas de repetir la experiencia. No fue el deseo el que me empujó a hacerlo, no se qué fue, tal vez un arranque de valor, un impulso de esta nueva Lucía que aún estoy por descubrir. Creo que en el fondo conozco la respuesta, y es que no ha sido una experiencia satisfactoria y se que no es muy probable que vuelva a ver a mi amante de la otra noche, si esto hubiera ocurrido con Julio, nuestra relación se hubiera hecho añicos y con ella, la relación con el resto de amigos que para bien y para mal eran comunes. No lo hubiera soportado, así que quizá fue lo mejor. Creo que en el fondo siempre fui muy sincera con él.
Lo ocurrido la otra noche no me produjo ni frío ni calor. Me comporté como una actriz que conoce su papel a la perfección en una película en la que además fui la única espectadora. Fingí cada gesto, cada palabra, quise disfrutar el momento y solo logré abstraerme, abandonar mi cuerpo en manos ajenas y así puede verlo todo, desde afuera, muy lejos de la habitación en penumbra, como si mi mente estuviera en casa viendo esta peli en televisión.
El chico trató de acompañarme a casa después, me pidió mi número de teléfono, otra cita.....Apunté su número con la promesa de llamarle algún otro día. Sabía perfectamente dónde trabajaba ya que era el encargado de la seguridad en el pub donde nos habíamos conocido unas horas antes. Pero me fui sola, dándole un último beso de despedida y con la certeza de que no querría volver a verle más.
Ayer me desperté muy tarde, como si deseara que todo hubiera ocurrido en mis sueños y esperase encontrar en ellos todas las respuestas. ¿Por qué lo hice? ¿Por qué con un desconocido por el que no sentía nada? Recuerdo la primera vez que me besaron, era una adolescente y él un amigo de una amiga de otra amiga mía, un chico que no me gustaba en ningún sentido, estaba borracho, era poco agraciado físicamente y no dejó de perseguirme toda la noche con su insulsa e incoherente charla. Sin embargo, cuando me preguntó si podía besarme le dije que sí. ¿Por qué? Aún no lo se. Me besó con los labios húmedos, dulzones por lo que estaba bebiendo y poco expertos, pero lo más desagradable fue su impertinente lengua. No me esperaba que un primer beso entre dos desconocidos fuera a ser tan violento. No fue una experiencia para repetir. Con el tiempo fui experimentando otros besos, besos tímidos y temblorosos que pretendían ser tarjeta de presentación de aquél que los daba, besos maestros que trataban de impresionar sin lograrlo, besos eróticos preludio de un encuentro sexual dado por hecho, besos con apretado abrazo que a punto estuvieron de partirme las costillas, pero todos ellos besos sexuales que a la espera de poder introducir otra cosa, introducían las lenguas hasta el fondo de mi boca anudándose con mi lengua y mordiendo mis labios con ímpetu no siempre correspondida. Pero a pesar de dejarme besar y besar yo a mi vez, nunca encontré lo que esperaba encontrar, nunca nublaron mi mente ni prendieron llama en mi. Era muy diferente lo que sentía cuando besaba a Julio, al menos con él sentía un profundo amor sincero que me inspiraba hasta el punto de tomar yo la iniciativa de besar. Con él practiqué mis besos preferidos, esos que parece que solo se dan en el cine, los besos labio a labio, tras cada uno de los cuales la boca se vuelve más y más carnosa ofreciendo mayor superficie sensitiva.
Del mismo modo que nunca sentí nada besando a ningún otro, tampoco sentí nada con mi inesperado amante de hace dos noches. Tan solo me queda un frío recuerdo que procuro evitar, me hace sentir rara en mi propio cuerpo y, sin embargo, no me arrepiento, creo que es algo que tenía que hacer, debía experimentar sin correr riesgos emocionales.
Ahora solo quiero que se me pase esta sensación desconocida que hace que no reconozca mi propio cuerpo como si una extraña metamorfosis se hubiera obrado en mi.