Una táctica tóxica que consiste en dar una de cal y otra de arena en la relación, repleta de señales confusas, enganche y sobre todo de frustración. Te contamos de qué se trata, qué se esconde detrás de las personas que lo practican.
El propósito de este blog es dar a conocer los aspectos más relevantes de la asexualidad y todo lo relativo a su espectro. También podrás acceder a mi servicio de coaching especializado en sexualidad para resolver tus dudas y alcanzar tu propia aceptación y bienestar.
A menudo se ha identificado el celibato o la abstinencia con la asexualidad, pero ¿sabías que el término de asexualidad nada tiene que ver con esos dos conceptos? Te explicamos lo que en realidad significa. ¿Quién no ha escuchado alguna vez cómo alguien ha relacionado la falta de apetito sexual con la asexualidad? Pero, ¿realmente sabemos lo que significa ser asexual ¿Estamos utilizando este término de la forma correcta?
Un nuevo test ha salido a la luz, el cual te revela si eres o no demisexual pero, ¿de qué se trata en realidad esta orientación.
No obstante, cabe aclarar que no hay una forma exacta de medir si eres o no demisexual, aunque bastarán ciertas respuestas en este test completamente honestas a través de preguntas simples.
El nuevo test que revela si eres o no demisexual, consta de unas 15 preguntas que el usuario deberá responder lo más sinceramente posible para obtener un resultado certero.
Algunos de los usuarios incluso han decidido compartir el resultado del test que les ha revelado si son o no demisexuales.
Este nuevo test que aclara si eres o no demisexual, te lo revelará a través de varias preguntas que medirán la orientación psicosexual.
Según la definición y el nuevo test, la demisexualidad es una orientación psicosexual que se basa en sentirse atraído de manera sexual cuando se establece un vínculo emocional fuerte.
Es decir que las personas que se identifican demisexuales, deben construir una base sólida, tiempo y cercanía hacia la otra persona para poder sentir una atracción sexual, tal y como indica el test.
Aunque el término demisexual es relativamente nuevo, podría decirse que podría considerarse en parte a las personas que se identifican así, como asexuales y sexuales que el test revelará.
Esto debido a que las emociones toman un papel protagónico en las personas demisexuales; el deseo físico pasan a un segundo plano y este test lo sacará a la luz.
Incluso hay quienes llegan a confundir la demisexualidad con la asexualidad ya que, en un primer momento puede no haber atracción física sexual al no existir un vínculo emocional.
Es por esta razón que muchos han decidido tomar este test para aclarar si son o no demisexuales.
En un mundo que se esfuerza por enaltecer la liberación sexual, hay quienes no tienen el mínimo interés por el sexo. Muchos los califican erróneamente de enfermos, frígidos o antinaturales. Así es cómo viven quienes se identifican como asexuales.
Por: Lina Maria Cuitiva
Asexual es una ameba, una estrella de mar o el musgo. Asexual también es aproximadamente el 1 por ciento de la población humana que no siente atracción ni interés sexual. Ser asexual, o en su abreviación ‘ase’, no tiene nada que ver con celibato, abstinencia o virginidad, no es una decisión, es una orientación sexual como cualquier otra, aunque más desconocida.
Podría parecer extraño hablar sobre un grupo de personas que quiere alejarse del mundo del sexo en el momento en que la humanidad parece estar viviendo su etapa de liberación sexual más entusiasta. El sexo está a la orden del día en el arte, la política, la publicidad, conversaciones de pasillo, ¿cómo es ser asexual en una sociedad hipersexualizada?
Jesica Maldonado, de 26 años, dice que el sexo es irrelevante en sus relaciones de pareja. Que, si bien ha sostenido relaciones sexuales, nunca han sido de su interés primario ni está dentro de las actividades que la extasían. No lo supo desde siempre, pero con los años fue entendiendo que esa apatía hacia lo sexual tenía nombre y tenía que ver con su orientación sexual. Desde 2020 se identifica como demisexual, una rama en el espectro asexual en la que solo se siente deseo sexual si hay en medio un fuertísimo vínculo emocional.
“Yo tenía sospechas de ser asexual, pero tenía novio. Mis compañeras de facultad decían que eso no podía ser porque tenía pareja”.
La asexualidad no compite con el amor. Una persona que se identifica como asexual puede perfectamente tener deseos de enamorarse y entablar relaciones de tipo sentimental. Su orientación sexual es complementada con la preferencia romántica, que puede ser heterorromántico, homorromántico o birromántico. Aunque no en todos los casos, también existen los asexuales arrománticos, es decir, que no están interesados ni en el sexo ni en relaciones de pareja de ningún tipo.
Hay un gran interrogante sobre los asexuales y cómo llevan las relaciones románticas sin necesidad ni deseo de sexo. En algunos casos es tan sencillo como suena: una pareja que comparte su vida, tiempo y experiencias e intercambia cuidados sin tener un lazo sexual.
Para Ambar Cáceres, una joven asexual bogotana de 19 años, el diálogo y la claridad de lo que se es son primordiales. “Se puede llegar a acuerdos para tener una relación abierta o poliamorosa con una persona que es sexualmente activa”: dice refiriéndose al camino que muchos ‘ases’ toman para mantener un vínculo afectivo con alguien con una orientación sexual diferente.
Este tipo de pactos son un escenario ideal para algunos. Aunque hay que destacar que quienes se identifican como asexuales románticos están expuestos constantemente a abusos y manipulaciones por parte de parejas sentimentales que no entienden el espectro asexual; la mal llamada pruebita de amor se convierte un punto de conflicto. Algunas frases comunes, dichas por alguien alosexual -quien experimenta atracción sexual- hacia su pareja ‘ase’, como “¿Acaso no me amas?”, “¿acaso no te gusto?”, “¿No me quieres ver feliz?” pueden desembocar en sexo sin consentimiento y culpabilización. Así lo explica el sexólogo César Galicia:
“Es posible que asexuales crezcan con sentimientos de culpa y vergüenza por no sentir lo que se supone deberían, esto los pone en una situación de vulnerabilidad, por ejemplo, de que su pareja les sea infiel o los abandone por el pretexto de que es una frígida o un poco-hombre. Otra vulnerabilidad es la de sufrir abuso sexual. Esta persona quizá llegue a tener sexo con alguien que no desea porque se piensa que es lo que se tiene que hacer, lo ‘normal’”. Galicia ha calificado estos encuentros no consentidos como “violaciones correctivas”, una dolorosa realidad que muchos asexuales emparejados han escondido por años.
Galop, una organización benéfica contra el abuso LGBT+ en Reino Unido, señala que, si bien la conciencia social hacia la diversidad sexual está creciendo, las personas asexuales son frecuentemente víctimas de prejuicios y deshumanización cotidianas que dicen que son antinaturales, que su orientación es debido a un trauma por abuso, que no han conocido a la persona adecuada, que están pasando por una fase o que son mojigatos.
“Si conoces a una lesbiana, no le vas a decir que es así porque no ha conocido el hombre correcto. Me han dicho que no me ha llegado la persona, que soy muy rara. Incluso conocí a un hombre que me dijo que lo de mi asexualidad no era verdad y que él me la podía quitar. Fue incómodo”, le contó Ambar a CAMBIO. Jesica, por su parte, dijo que la han juzgado diciéndole que no sabe de lo que habla, que su orientación sexual tiene que ver con que es muy religiosa, o que es debido a un trauma de niñez. Todos estos señalamientos infundados hablan desde la discriminación o desde el desconocimiento de una orientación sexual tan válida y real como las demás.
La asexualidad es la falta de atracción sexual hacia otro y el desinterés por las relaciones sexuales. Así como existen las personas asexuales, también lo hacen las parejas. En estos casos, las personas que integran la relación no incluyen el sexo dentro de su rutina. Sin embargo, es importante saber que sí pueden tener un interés romántico por otra persona.
No hay que confundir la asexualidad con el celibato. La primera es una orientación sexual mientras que la segunda tiene que ver con una abstinencia motivada por convicciones de la persona, sea religiosa o por otro motivo personal.
«La sexualidad es un término muy amplio. Lamentablemente muchas personas se refieren a la sexualidad en términos coito céntricos, pene dentro de vagina en los casos de parejas heterosexuales, pero la sexualidad es mucho más que eso», comenta la directora de Miintimidad, Odette Freundlich. El sexo incluye muchas más acciones y posibilidades diferentes a la penetración. Estas se pueden descubrir tanto con uno mismo como con otros.
Desde ese punto, la kinesióloga explica que la falta de deseo sexual es algo frecuente. Una de las causas más comunes es la disfunción, sin embargo, existen muchas otros factores que pueden disminuir la líbido , como por ejemplo, la edad. «Por ello importante investigarlas para ofrecer un tratamiento adecuado a cada persona», sostiene Odette Freundlich. «Existen tratamientos de remplazo hormonal, los cuales deben ser suministrados por un ginecólogo o urólogo especialista y que ayudará en parte a solucionar el problema«.
Lo más importante dentro de la vida sexual de las parejas es la comunicación. Esta misma nos permite poder saber si la otra persona está cómoda o no con mantener relaciones sexuales durante el tiempo.
«Los problemas empiezan cuando uno de ellos no está satisfecho con la frecuencia de los encuentros sexuales, y existe lo que llamamos discrepancia en la frecuencia sexual«, cuenta la especialista. Sin embargo, aclara que este problema también puede ser tratado con terapia especializada en el área.
¿Qué me pasa?, se preguntaba cuando veía que sus compañeras de colegio y sus amigos se atrevían a dar sus primeros pasos en el amor y tenían unos metejones incontenibles.
A Evelyne todo eso le parecía exagerado pero quería participar, ser parte de lo que les estaba pasando a los demás. Y de pronto conoció a este muchacho. "Teníamos 15 años", recuerda. "Él estaba enamorado de mí", los amigos presionaban, y así fue cómo ellos comenzaron a salir. "Me caía super bien", dice Evelyne, "pero no sentía esa sensación profunda" que describían los demás.
Pronto sintió que él tenía deseos que ella no podía corresponder y se separaron. Ella se sintió aliviada, libre.
Hoy tiene 26 años, tuvo algunas citas pero nunca una relación amorosa. Tampoco tuvo nunca relaciones sexuales. Y pese a eso, no siente que le falte nada. "Mi rechazo a todo lo que sea sexual y romántico es algo que está profundamente arraigado en mí, es parte de quien soy". Evelyne dice que es asexual y aromántica.
La asexualidad o la falta de atracción sexual hacia alguien es un asunto rodeado de prejuicios. "Sólo es cuestión de que conozcas a la persona indicada", "algo no anda bien contigo, tienes que hacer un tratamiento", "lo que pasa es que estás frustrada y no encuentras la pareja que vaya contigo", son frases que le escriben a Evelyne en el Instagram, donde ella relata abiertamente lo que siente. "Nada de lo que escriben es cierto", asegura.
Es difícil encontrar una definición general de la asexualidad, dice Irina Brüning, que trabaja en una asociación para visibilizar el espectro asexual. "Otros prefieren decir que no sienten ninguna necesidad de tener interacción sexual."
No tener sexo no significa no tener sentimientos
De todos modos, el sexo eso es sólo una pequeña parte, porque no sentir deseo de tener relaciones sexuales puede tener diversas manifestaciones. "Algunas personas sienten rechazo por lo sexual, pero disfrutan de las caricias, los mimos o los besos", dice Brüning. "Otras personas se masturban o sienten indiferencia por lo sexual." Pero todos tienen algo en común: no creen que las relaciones sexuales sean necesarias para manifestar amor.
¿De dónde viene el desinterés sexual por otras personas? No existe una explicación, dice Johannes Fuss, director del Instituto de Psiquiatría Forense e Investigación Sexual de una universidad de Alemania.
Lo importante, añade, es que no es un problema que deba ser tratado. "Por lo general, las personas asexuales no suelen padecer su orientación. Si no hay padecimiento, no hay por qué tratarlo", dice el especialista.
Fuss dice que los inconvenientes suelen darse más bien a raíz del entorno porque se sabe poco de la asexualidad y se suele estigmatizar o poner bajo presión a los afectados.
En Alemania se han llevado adelante estadísticas que hacen suponer que aproximadamente un uno por ciento de la población es asexual, con lo cual no se hace mucho por sacar el tema a la luz o darle visibilidad, dice Irina Brüning, de la Asociación AktivistA. Su agrupación trabaja por poner el tema en agenda justamente para que las personas jóvenes conozcan este fenómeno y también puedan comunicarse con otros que viven de la misma manera.
"Educar sobre las distintas formas de vivir la sexualidad puede llevar que para los jóvenes sea más fácil hallarse", dice Fuss. Una posibilidad es hablar sobre cómo es sentir ganas y cómo es no sentir ganas en la clase de educación sexual.
La planificación familiar también es un tema con el que se ven confrontadas sobre todo las mujeres, dice Brüning de AktivistA. "El hecho de que las personas no sientan ninguna atracción sexual por otros no significa que no puedan fundar una familia."
Existen casos, por ejemplo, en que las personas asexuales están en una relación amorosa y tienen sexo únicamente por la planificación familiar.
Pero por supuesto que tener un vínculo amoroso que prescinda del sexo también puede generar dificultades, dice Brüning. "Si uno quiere pero el otro no, es necesario encontrar un camino." Muchas personas asexuales que tienen deseos románticos suelen encontrar compromisos dentro de sus relaciones. O buscan desde el vamos a un compañero o compañera asexual pero romántica.
Durante años ha sido la orientación menos visibilizada. En las siglas LGBT+ se le omite usualmente. Pocos estudios la consideran al abordar la sexualidad. Las estimaciones oficiales indican que los asexuales son el 1% de la población mundial. Según una encuesta de The Trevor Proyect de 2020, el 10% de los jóvenes LGBT+ se identifican como asexuales o se agrupan en el llamado espectro asexual: demisexuales o grisexuales, por mencionar dos subcategorías dentro del amplio abanico de la asexualidad.
¿Pero qué es, cómo definirla? “Toda asexualidad es simplemente no experimentar atracción sexual por alguien”, dice Emi Salida, una activista asexual de 22 años que afirma que hablar de esta orientación implica hablar “automáticamente” de sexo. “Es tan íntimo que no todo el mundo es capaz de hablarlo”, dice en una videoentrevista con The Washington Post.
Emi, fan de Taylor Swift y recién graduada en la Universidad de Westminster en Londres, ha usado YouTube como un “diario” para explicarle al mundo sobre qué significa ser asexual y romper prejuicios en torno al concepto.
Su último vídeo en la plataforma es de hace dos años y cuenta casi 50.000 visualizaciones. En él, cuestiona que hasta 2013, el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico, por sus siglas en inglés), utilizado en Estados Unidos para diagnosticar trastornos de salud mental, consideraba que todo el que sintiera poco o ningún deseo sexual tenía un trastorno mental.
“El impulso sexual, el disfrute sexual, la excitación sexual y la atracción sexual son cosas diferentes. Para la mayoría de las personas, eso se alinea bastante bien”, explica en su canal de YouTube, los ojos delineados, gesticulando en una habitación con luz tenue. “Pero lo único que hace que alguien sea asexual es no experimentar atracción sexual”, recalca.
Emi expone las diferencias (“el desajuste”) sobre la atracción romántica y sexual. “Son distintas. Para la mayoría coinciden, pero los asexuales pueden sentir atracción romántica incluso si no se sienten atraídos sexualmente por nadie”.
Al ser una persona “opuesta al sexo”, no puede verse en una relación sexual. Si estuviera en una relación romántica con alguien que quiera tener sexo, comenta, “probablemente no lo tendría”. Aunque, reconoce, no le importaría que ese alguien tuviera sexo con otros, mientras no deje de preocuparse por ella.
Al ser menos visibles y haber poca educación sobre el tema, salir del clóset como asexual tiene sus propias dificultades. Emi dice que con frecuencia la gente asocia su caso con la asexualidad en las plantas. “¿Eso significa que eres una?”, le han preguntado en burla. Ella aclara que no es frigidez, no es miedo ni la respuesta a un trauma sexual; “simplemente” no siente “atracción sexual por nadie”.
Por su parte, Eleanor Wilkinson salió del clóset en 2021, ya siendo adulta. Le daba miedo y sentía ansiedad de que nadie nunca la amara por su orientación. “Cuando eres asexual, la gente inmediatamente piensa que no amas a nadie porque ¿de qué sirve una relación a menos que tengas sexo con otra persona?”. Eso, dice, la ha afectado, porque existen “muchas atracciones”: sensuales, estéticas, románticas. “Todas juegan un papel cuando se trata de estar con otra persona”, sostiene en una columna para Pink News.
“La atracción sexual es solo una parte, pero no lo es todo cuando se trata de una relación”, concluye Eleanor, a quien le preocupa que se compare su orientación con el celibato o la virginidad, que son opciones elegidas.
Las personas asexuales pueden ser heteros, gays, lesbianas, bisexuales, queer o de cualquier otra orientación sexual o romántica. Algunas pueden aceptar tener sexo por el gusto de dar placer a su pareja, o bien ser indiferentes ante las relaciones sexuales, o manifestar rechazo o incluso aversión ante ellas. Sin embargo, la inclinación puede variar (o no) y no debe confundirse con el celibato, la virginidad o la abstinencia.
“La asexualidad es una parte intrínseca de lo que somos, al igual que otras orientaciones sexuales. No hace que nuestras vidas sean peores o mejores; simplemente enfrentamos un conjunto diferente de necesidades y desafíos que la mayoría de las personas sexuales”, escribe en su sitio web la Red de Educación y Visibilidad Asexual (AVEN, por sus siglas en inglés).
La organización fundada en 2001 explica que las personas asexuales experimentan formas de atracción diversas que no conducen a la atracción sexual. Igualmente, pueden llegar a sentir excitación debido a las variaciones hormonales durante el ciclo menstrual o las erecciones en momentos del día. Por eso algunas se masturban, pero sin el deseo de tener sexo con otro.
En la encuesta de The Trevor Proyect, de los 40.000 jóvenes LGBT+ consultados, un 10% se identificó asexual o perteneciente al espectro asexual. Algunos se declararon demisexuales (que, en su mayoría, no experimentan atracción sexual, o no sin antes forjar una profunda conexión emocional) o grisexuales (que la experimenta rara vez, casi nunca o en muy baja intensidad).
El sondeo también reveló que entre jóvenes asexuales existen personas transgénero o no binarios en mayor proporción que en el resto de la población LGBT+. Es decir, mientras el 25% de los jóvenes LGBT+ dijo ser trans o no binario, entre los asexuales esa cifra ascendió al 41%. Algunos asexuales también se etiquetaron como panrománticos, biromantico y arománticos.
En el caso de Emi Salida, le encanta definirse como LGBT+ por considerarlo “un espacio seguro”, donde la gente entiende “al menos una parte” de su experiencia. Las etiquetas, comenta, son algo muy personal. “Puedo cambiarlas y eso no me hace menos yo. Es solo el proceso de encontrar qué tipo de etiqueta funciona para ti y se adapta mejor a tu identidad”.
Por considerar que su experiencia “no cabe en esa caja”, ella no se identifica como heterosexual ni heteromántica, . “Quiero esta caja”, dice refiriéndose a la asexualidad. “No hay nada de malo en ser asexual, no significa que vas a estar solo para siempre. Tienes relaciones sólidas, tienes amigos, tienes familia, tienes relaciones platónicas”, concluye.
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