lunes, 28 de junio de 2010

Diario de una asexual. Cap.8



Lucia, enero de 2009.

Al no encontrar otra salida laboral, he vuelto a trabajar en eventos culturales. El pasado agosto trabajé como azafata en un museo de la ciudad y desde octubre trabajo dando talleres de alimentación y salud a escolares de primaria. Así han ido trascurriendo estos últimos años en los que no he tenido nada nuevo que contarte mi querido diario. Procuro centrarme en el trabajo y en la preparación de oposiciones. Voy de proyecto en proyecto y aunque no gano mucho estoy encantada, el trato con los niños es muy gratificante y el trabajo me hace sentir útil.
Me siento mucho mejor, he pasado las Navidades en casa de mis padres, los tres solos, pero gracias a la magia de Internet Eva y mi cuñado han tomado las uvas con nosotros y aún en la distancia nos pareció compartir mesa todos juntos.
Mis padres siempre han querido ser abuelos, desde que Eva se casó albergan la esperanza de que considere la opción de volver a España para que, cuando tengan a sus hijos, los podamos disfrutar en familia y ayudarles en su cuidado cuando ellos trabajen. Pero mi hermana no tiene pensado ser madre por el momento y por ello las expectativas ahora se fijan en mí. El otro día me quedé a comer con ellos y, ya en la sobremesa, mi padre sacó el tema, apenado me ha dicho que le encantaría tener un nieto, alguien que heredase nuestros escasos bienes, esos que tanto esfuerzo y años nos han costado, le duele pensar que con su hija pequeña tan lejos y conmigo soltera, nadie vaya a disfrutar la casa que con sus propias manos ha ido construyendo en el pueblo. Cuando ellos ya no puedan ir, ¿quién va a disfrutarla ? me pregunta. Yo le respondo que haré lo que pueda para mantenerla y conservarla mientras viva, esa casa ha ido creciendo conmigo año tras año. Se que no quiere ni imaginar que un día la ponga en venta o que la alquile. Me dice que sería perfecto que yo formase una familia, sabe que no me queda mucho tiempo para ser madre biológica, con mi edad ya debería estar casada. Intento tranquilizarle comentando mi idea de adoptar en unos años, la propuesta no le entusiasma, él quisiera un heredero de sangre. Con toda esta charla me animo, parece el momento adecuado para comentarle mi parecer acerca de los hombres y mi relación con ellos, le hago partícipe de mi sospecha, yo no soy capaz, no me veo con pareja y eso echa por tierra toda ilusión de ser esposa y madre algún día. No creo que vaya a casarme nunca, no es algo que me obsesione pero despierta mi curiosidad, después de toda una vida de intentos fallidos en eso de enamorarme, el saber qué ocurre conmigo. Aprovecho para hablar con los dos y decirles que yo soy diferente, ni siquiera se en qué, pero no me siento igual a las demás mujeres que conozco, no soy homosexual, no se qué soy. La palabra asexual ronda por mi mente desde hace ya un par de años, al principio como un chiste a contar entre mis amigas cada vez que mencionan a alguno de mis pretendientes y me plantean la posibilidad de un romance. Yo les quito la idea de la cabeza para evitar que me sigan insistiendo en el tema alegando en tono de humor que “yo soy asexual”, como decía aquél cómico en un programa de televisión.
Mis padres no saben muy bien de lo que les hablo y no les culpo, ni yo lo se, achacan la forma en que me siento a mi estado depresivo, aunque ya estoy curada no puedo evitar caer de vez en cuando en la distímia. Yo no se qué pensar, se que el no haber encontrado una estabilidad laboral ni personal afecta gravemente a mi estado anímico, me siento inútil en todas las facetas de mi vida, una fracasada. Mis padres se desesperan al verme así, no saben cómo ayudarme y siempre me animan tratando de restar hierro al asunto: -ya verás cómo con el tiempo todo llegará.- me dicen.
Si no fuese porque llevo más de diez años tratando de auto convencerme de ello sin ver nunca el final del túnel puede que me sirviera aún esta frase, pero se que todo depende de uno mismo, que tengo que seguir luchando sin dejarme caer de nuevo en el suelo del desánimo. Desde luego, el saber que ellos están ahí es lo que me da fuerzas para no volver a deprimirme.
En algún lugar he leído:
"Las cosas siempre suceden por algo, pero jamás preguntes por qué...”

Si este verano no tengo trabajo me iré unas semanas al pueblo, creo que me hará bien.

Lucía, agosto de 2009

Ayer fui de boda, se casó uno de mis primos más jóvenes. Las bodas no son la mejor de las celebraciones para alguien como yo, me refiero a mujer soltera y entrada en años, la típica solterona que nunca falta en toda buena familia. Es inevitable en un evento de estas características, en el que ves a gente que hace siglos no veías y con quienes no tienes ningún tipo de comunicación, gente a quien tienen que presentarte relacionándote con frases del tipo “Es la hija de...., sobrina de...., la que está soltera”, que todo el mundo quiera saber sobre ti en ese momento todo aquello por lo que no se interesó en una vida, y no falta la pregunta: ¿cuántos años tienes ya? ¿no tienes novio?, o directamente: “¿cuándo piensas casarte?, que se te pasa el arroz..., mira tu primo. Tú tenias que haberte casado primero que eres la mayor”.
De los cinco primos que somos por parte de mi madre, por suerte o desgracia, yo soy la mayor. Fue mi hermana la primera en casarse, pero todos los demás tienen pareja desde hace ya unos respetables años, así pues, todos y todas han venido acompañados menos yo. Soy el centro de atención de todas aquellas Celestinas que creen en su poder casamentero y siento penetrantes miradas en la nuca a cada paso que doy por la sala de festejo. Sin duda soy la flor discordante en el ramo de una novia.
Para mi tranquilidad y bienestar, le había pedido a mi primo que me colocase en la mesa junto con el resto de nuestros primos y sus parejas y así se hizo, la sorpresa fue que las mesas eran grandes y en la nuestra colocaron entre nosotros a un matrimonio amigos del novio, su bebé y un joven de mi edad aproximadamente, que también venía solo. La gracia fue que resultó ser cura. También resultó ser encantador, además de atractivo y buen conversador. Nada le hubiera delatado de no ser porque, en algún momento de la tarde, alguien comentó que por qué lo habían colocado a mi lado habiendo solteros en la fiesta. El chico en cuestión resultó ser muy de mi agrado como persona, nada estereotipado como cura y muy abierto.
Es otra de las grandes incógnitas de mi vida el hecho de que desde muy jovencita me causaran una morbosa atracción los hombres con sotana, sin que esto tenga nada que ver con mi sentir religioso que es nulo. Yo diría que son los únicos hombres que despiertan en mi cierto deseo sexual. Es casi una perversión que no pasará nunca de ser una mera fantasía erótica, pero desde que “me enamoré” del joven párroco que me dio la primera comunión, he soñado alguna que otra vez con seducir a un religioso, algo así como en la escena cumbre de la película “El nombre de la Rosa”. Es una lástima no haber tenido más ocasiones para vernos, con motivo de la boda o con cualquier otro motivo.
Sí, confieso que me hubiese encantado experimentar con él mi fantasía y, ya de paso, robarle un miembro a esa secta que, en mi opinión, es el clero.

En mi tierra existe la arraigada, y no se si fundada, creencia de que de toda boda sale otra boda. Y aunque esto no me atañe, comprobé que mis celestinas no cejaban en el empeño de buscar una solución a mi soltería, por lo que no les gustó nada que pasase tanto tiempo hablando con una causa perdida como la de este joven.

En fin, la fiesta acabó, bailé con todos los viejos de esta y la otra parte de la familia, charlé con unos y con otras y hasta alcancé a recoger el ramo que lanzó la novia a todas las solteras y casaderas, como manda la tradición. Qué ironía!!

Por suerte, ahora estoy en mi casita de verano, lejos de todo aquello. Aquí el mundanal ruido se oculta tras el sonido de las aguas del Tormes que baja rápido y caudaloso, el cantar de los múltiples pájaros, todos con su particular trino a cuál más hermoso, el sonido de la brisa de la sierra que puedo ver ondulando el horizonte desde la ventana de mi habitación,...... Sonidos que enmudecen los ruidos de mi cabeza y, cual bálsamo milagroso, me ayudan a olvidar.
Este año, por primera vez, he logrado conectarme a Internet desde aquí. Acabo de terminar las pruebas de oposición y necesito estar al tanto de los resultados y la elaboración de las listas de interinos, de ello depende que pueda comenzar a trabajar como maestra lo antes posible.
Pero todos sabemos que Internet es un mundo de posibilidades, el templo de la información, y la desinformación también, bueno es saberlo. La tentación en esta mañana soporífera de calor infernal es grande y aquí, tumbada bajo la sombrilla en mi hamaca de jardín, mis dedos teclean casi sin permiso. De pronto, la palabra Asexualidad escrita en el Google comienza a lazar los resultados de una búsqueda impensable ......
No quepo en mi asombro!!! Ante mí aparecen un montón de posibilidades, pero lo primero y más llamativo es conocer la definición que me ofrece la wikipedia . Releo una y otra vez las pocas palabras que, inesperadamente, dan sentido a toda una vida de dudas sin respuesta. No puede ser cierto.... !! Una voz desde la cocina me saca de mi desconcierto y apago el ordenador para ir a comer sin bajarme de la nube en la que floto de repente, temblando de emoción y entusiasmada por este descubrimiento que ha inundado mi cerebro, solo quiero volver a encender el portátil para seguir investigando en el nuevo mundo que se ha abierto ante mi.

5 comentarios:

Aliena23 dijo...

Super el capitulo. El sentimiento de uno estar estancado es poco agradable. Un dia alguien me dijo "¿ ya conseguiste trabajo?" le dije: "No", luego me dijo ¿ pero al menos tienes novio? le dije: "No" y me dijo "Yo de ser vos ya me hubera enloquecido", no respondi nada, pero ante el mundo, no tengo nada. A menudo en las entrevistas laborales me preguntan que ocmo me veo en un futuro, y respondo "Formando una familia" porque se qu es parte de lo que quieren escuchar. Aunque se que es una farsa.
Todas las mujeres sueñan con conocer el amor de su vida, casarse y jugar a la casita.¿pero nosotras con nuestros historiales de no poder llevar una relación convencional como podriamos aspirar a algo asi? ni siquiera me nace aspirarlo. En mi familia por lo menos ya existen nietos, pero pude ver la decepción de mi hermana la semana pasada que la he acompañado a llevar al pediatra a sus hijas y me dice "¿Te imaginas cuando tu tengas los tuyos?" le dije : "Es poco problable que los tenga", me dio un sermon de si me quedaria como el tio de su esposo, un solteron. Yo todo el rato queria decirle ¿que hago pues si no soy capaz, no soy capaz de tener una relacion emocional, no me interesa el sexo? ¿con quien diablos tendre un bebe? Ademas, nisiquiera tengo instinto maternal. Aun no se porque mi hermana pregunta, si sabe que jamas me ha gustado nadie. Tal vez aspira que las cosas cambien, que yo este confundida.
Cary, tenemos otra coincidencia, lo de los hombres con sotana. Para mi ha sido solo uno, uno de pelicula, el padre Amaro, intepretado por Gael Garcia Bernal, en el crimen del padre Amaro. Tambien me genero morbo la situación de la pelicula. Te la recomiendo :)

Lucía dijo...

Ya la he visto!!!, me encantó, pero es que además soy fan de Gael!!! Es increíble que nos sintamos igual, y no somos las únicas, por eso esto no puede ser una enfermedad. Tú, como yo, somos mujeres con las ideas claras, no creo que estemos equivocando sentimentos o precipitándonos al decir que no nos seduce tener una relación convencional, que no sentimos igual que la mayoría y no por ello nos sentimos acomplejadas o reprimidas.
Ojalá estemos equivocadas y un día la vida nos cambie para poder ser "normales" y saber lo que es enamorarse y desear a un hombre, pero no lo creo. Tú eres muy joven pero verás como yo que los años no cambian esta forma de ser nuestra.
Yo sigo luchando por realizarme personalmente a través del trabajo.
Es lo que me queda, no aspiro a más.
Un besazo Aliena y gracias por seguir leyendo. La próxima semana publicaré el último capítulo.

Solete dijo...

Ufff lo de las bodas es horroroso, cada día las soporto menos, siempre hay la típica indiscreta que suelta: y tú ¿para cuándo? Aggggg me ponen de los nervios

Lucía dijo...

Es una sensación que antes de conoceros no podía compartir con nadie, de ahí que muchas veces nos sintamos bichos raros, pero no lo somos, estoy convencida. Somos muy valientes al intentar encontrar una respuesta a esto que nos pasa, no lo olvideis nunca!!
Al menos nos tenemos mutuamente, esto en muy importante. Ojalá os tuviera más cerca, me haría mucho bien hablar de estas cosas con alguien que me comprenda como vosotras.

Frida dijo...

Hola, soy reportera de una revista de México, nos interesa hacer un reportaje sobre la asexualidad. Queremos tratar el tema con seriedad, por eso me gustaría contactar a alguien que nos cuente más al respecto. Sobre todo gente de México.
Gracias