miércoles, 23 de noviembre de 2011

Sin sexo, gracias




Una web de citas de EE UU junta a personas que buscan relaciones que no terminen en la cama.

"La web es ejemplo de un movimiento que rechaza el coito. Se definen como 'asexuales"


Una noche loca de sexo desenfrenado hasta el amanecer representa en la sociedad actual lo más parecido al paraíso en la tierra. Y para muchos es un infierno. Le ocurre a Laura Brashier, peluquera californiana de 50 años que como tantas mujeres sufrió un cáncer de cuello de útero (el segundo cáncer más frecuente en mujeres de todo el mundo). Pasó hace doce años y Laura ganó la batalla a la enfermedad, pero su cuerpo nunca fue el mismo. «Seguía siendo la misma mujer apasionada, pero realizar mis funciones sexuales me resultaba tremendamente doloroso». Sin poder llegar al coito por las secuelas físicas que le dejó la terapia, entablar una relación duradera con alguien le suponía un obstáculo insalvable. Hasta que se bloqueó y se refugió en sí misma. Un buen día, pensó que no era la única en quedarse en la casilla de salida, y surgió una idea: juntar a los que, como ella, estaban fuera de la ecuación del sexo, que no del amor. Poco después fundaba 2Date4Love.com (to date for love -citarse para amar-), una red social para personas que no pueden o no quieren practicar sexo.

En unos meses ha conseguido miles de suscriptores afectados por diversas dolencias físicas o psíquicas que les alejan de las relaciones sexuales. Al menos, del coito. Afectados por tratamientos, operaciones, traumatismos... Se apuntan al servicio, reciben peticiones de citas y se encuentran con otros similares a los que no tienen que explicar que no podrán acostarse con ellos ni atormentarse con la casi certeza del rechazo. Funciona a la manera de otras webs como 'Meetic' que emparejan a personas con perfiles compatibles para reunirlas en encuentros que podrán terminar en el cine, en un paseo o en un altar, pero no entre las sábanas.
A pesar de la importancia del sexo en la sociedad (es, entre otras cosas, el arma más potente de la publicidad), hay muchos que lo consideran sobrevalorado. Desde hace años prolifera una tendencia que, como tantas nació en Estados Unidos, y que reúne a miles de personas que se declaran asexuales. Según cuentan, están los heterosexuales, los homosexuales, los bisexuales y ellos. Se confiesan herederos de aquello que en los 80 y 90 se llamaba Deseo Sexual Inhibido y Deseo de Desorden Sexual Hipoactivo. Es decir, que ni tienen ganas de 'encamarse', ni les importa. En sus webs aseguran que son en torno a un 1% de la población.


Sexo no deseado


¿Se trata de una opción personal o la consecuencia de un desorden psicológico? «No sé si no desean el sexo o no quieren desearlo», aclara Natalia Rubio, sexóloga, psicóloga, presidenta de la Asociación Estatal de Sexualidad y Discapacidad, que advierte de la visión «'coitocentrista'» de lo erótico. «La sexualidad no está solo en los genitales, sino en las relaciones personales y en aprender a disfrutar de todo el cuerpo con otras manifestaciones como las caricias, las masturbaciones...». Cada vez hay más discapacitados que buscan en la consulta de los sexólogos el camino al placer en pareja. «Aquí aprenden a aceptar sus limitaciones y a conocer todo su cuerpo», explica Rubio, que no ve claro ese concepto de 'asexual': «Una cosa es no tener hambre y otra muy distinta no tener ganas de comer tal o cual cosa». La clave está, según la experta, en que determinados modelos sexuales -muchos de ellos derivados de la industria del porno- generan frustración en la persona. «Imaginas todos esos coitos, esos cuerpos ideales de la muerte, los orgasmos inacabables, las erecciones eternas... Ahora te pones a ello y te crea una frustración. Si no lo entiendes, rechazas ese modelo. Esa gente no está rechazando la sexualidad, sino algunos tipos de sexualidad».

Los damnificados son legión. Según el Estudio español sobre Hábitos, Preferencias y Satisfacción Sexual en estudiantes universitarios, los índices de insatisfacción por dificultades orgánicas en relaciones coitales arranca en el 7% en los más jóvenes y aumenta con la edad. A partir de los 35 años pueden llegar a entre el 11 y el 13% y a partir de los 40 años supera el 16%. Cuando una persona no 'cumple' con los cánones, tiene varias opciones. La más común es callarse y sufrir; la siguiente, acudir a la consulta de un sexólogo con una frase en la boca: «No somos normales». La cuestión es saber cuál es la norma. «No es lo que dice la televisión obviamente». Con 40 años, un matrimonio que lleva 20 años juntos visita preocupado al médico porque tienen dos coitos al mes... «Y eso es perfectamente normal».



viernes, 18 de noviembre de 2011

Agradecimientos

Acabo de enterarme, soy lenta lo se, de que gracias a vosotros y vosotras hemos sido nombrados Blog del mes en Aven.
Es para mi un gran honor y me causa una enorme satisfacción poder contribuir en algo a la noble causa de dicha web desde nuestro humilde granito de arena.
Aven es mi casa y allí encontre gente estupenda. Llevo tiempo como vagabunda, perdida en mis asuntos, pero nunca voy a dejar de llevarla en mi corazón y a ella volveré muy pronto, espero.
Aún tengo que cumplir la promesa de publicar una novela sobre la asexualidad, ya está escrita!!!!

Gracias de nuevo por participar y hacer esto posible.
GRACIAS AVEN.

Ideología de género

HEMOS tardado lo suyo en comprender las intenciones de la expresión que da título a este escrito. Ya se sabe que el rechazo de algo se conjura con un nombre confuso y, hasta que todo el mundo comprende lo que significa, da tiempo a dar leyes que de otro modo no hubiesen colado. La ideología de género es ardua. Freud, que estaba curado de espanto por sus propias teorías, se hubiera llevado las manos a la cabeza de haber tenido noticia de ella, incluso la hubiera incluido entre sus histerias sexuales o sus sexualidades histéricas, da lo mismo. Una actividad natural que se desarrolla entre las piernas y el cerebro, y que ofrece pocas novedades desde nuestros tatarabuelos los australopitecos, ha terminado en el catálogo del pensamiento político pobre. El tratado freudiano sobre las políticas sexuales hubiera sido enjundioso. El sexo, por lo que se adivina, tiene ideología y, por extensión, la sexualidad. Desde que las mujeres votan, el sexo femenino es de izquierdas; el masculino, de derechas. No es que sea así, pero así es la política: sostener un error hasta que parezca un acierto. Debería ser al revés: la mujer es receptiva y se queda embarazada, lo que le despierta instintos conservadores para criar bien y en paz a sus hijos. Por el contrario, el hombre es posesivo y agresivo (ambos términos en el mejor sentido natural) para conquistar el bastión femenino, doblegar su poder y descubrir el secreto de su sexo escondido, cualidades todas revolucionarias. La desacreditada ingeniería social hace aún estragos en el pensamiento débil. Quién sabe si, a fuerza de insistir con políticas de ideología de género, conseguimos elegir deseos y objetos del deseo, u optar por la asexualidad, que sería lo más cómodo, para ahorrarnos el esfuerzo de sublimar pasiones. Por añadidura, el hombre se deja ganar por la belleza física; la mujer también, pero tiene inconscientemente en cuenta que la descendencia sea sana y fuerte y, el padre, inteligente y hábil para procurarle alimento a ella y a sus hijos mientras esté criando. Otra incógnita de la ideología de género es que las tendencias sexuales apoyadas por la izquierda como progresistas son todas de la derecha más conservadora, tanto más cuanto más bajo sea el nivel cultural. Un nivel cultural alto es progresista por sí mismo, y las revoluciones y los avances de todo tipo partieron siempre de una aristocracia. La sexualidad popular, y no digamos la de la plebe, es de la derecha más elemental. En verdad, la que es de derechas es la naturaleza, por eso es tan necesaria la ideología de género, una política para intentar el imposible de erradicar atavismos e instintos, aunque sea en falso y vuelvan a su cauce en cuanto los ingenieros sociales pierden las elecciones. Lo que haya en el cerebro y entre las piernas de los políticos es un misterio.

http://www.diariodejerez.es/article/opinion/1011965/ideologia/genero.html

lunes, 31 de octubre de 2011

Asexualidad, silenciosa revolución del erotismo



María Elena Moura
Para unos es un trastorno, para otros una orientación; lo cierto es que la asexualidad o falta de deseo libidinal gana adeptos en todo el mundo ante la curiosidad e intriga de expertos y población general.
El valor que la sociedad moderna da a la sexualidad es muy alto: muchas campañas de publicidad y artículos de consumo se basan en ella, y es innegable que buena parte de nuestras conversaciones e ideas a lo largo del día se relacionan con la seducción, el atractivo y la búsqueda del contacto íntimo.
Pero en medio de esta vorágine hay un grupo de mujeres y hombres de distintas edades cuya tendencia, si bien no es nueva, adquiere notoriedad por su peculiar postura ante los perseverantes llamados de Eros: son asexuales.
Cierto, pueden considerarse minoría, pero son más numerosos de lo que podríamos imaginar en primera instancia, ya que un estudio dirigido por el psicólogo Anthony Bogaert, de la Universidad de Brock en Ontario, Canadá, indica que entre 1 y 3% de la población mundial presenta esta condición.
De esta manera, si tomamos en cuenta sólo a los 3,000 millones de humanos en edad laboral que se estimaban en 2005, 30 a 90 millones de ellos serían asexuales. Y para aclarar más este panorama, sirva como referencia recordar que la comunidad homosexual constituye 4% de los habitantes del planeta.
¿Preferencia, trastorno, pudor...?
Por supuesto, muchos nos preguntamos si las personas asexuales sufren alguna disfunción, o bien, si su actitud hacia el erotismo depende de algún acontecimiento traumático, problema psicológico, incapacidad para conseguir pareja y/o postura moral o religiosa (celibato). La respuesta es no.
"Hay quienes sencillamente no experimentan interés sexual alguno. A diferencia de la mayoría de la gente que siente atracción hacia el género opuesto, el mismo o ambos, los individuos asexuales no tienen ningún tipo de deseo erótico”, comenta el profesor Anthony Bogaert, y añade: “Pero lejos de que esto les cause algún conflicto, este grupo se declara sumamente feliz, y ello es lo increíble del caso”.
Es importante señalar que si bien hay suficiente evidencia sobre personas que presentan aversión al contacto íntimo por sufrir abuso sexual, problemas psicológicos, educación represiva u otros factores, la historia particular y testimonios de quienes se asumen como asexuales deja en claro que se trata de sujetos que nacieron así.
En este sentido, Geri Rich Jones, escritora y comediante de origen británico que funge como portavoz de este grupo, señala: “Me esfuerzo por lograr la comprensión en un mundo donde el sexo es fundamental, y sé que no estoy sola, pues he conocido a mucha gente como yo, en persona o por Internet [...]. A la mayoría de nosotros nos desagrada ver la televisión por su alto contenido erótico, y no es que queramos ver monjas, sino que la presencia de la sexualidad es tan abrumadora como una gran pausa comercial”.
“Asexualidad es haber nacido sin sentimientos sexuales, pero no quiere decir que no tengamos emociones. Nos enamoramos como los demás (no dejamos de pensar en esa persona y queremos estar con ella todo el tiempo), pero en lugar de fantasear con tener relaciones, nos imaginamos abrazados, caminando de la mano en el bosque o intercambiando besos en la mejilla”, explica la artista, ahora radicada en Holanda.
En este mismo sentido, el célebre cantante de rock Steven Patrick Morrissey, que ha manifestado su aversión a la vida sexual en repetidas ocasiones, suele incluir en sus canciones letras con imágenes plagadas de amores platónicos, distantes y ambiguos, acompañados de frases contundentes como: “no puedo imaginar a mi cuerpo respondiendo a un estímulo sexual” o “la mayoría de la gente tiene el cerebro entre las piernas”.
En busca de un lugar
Ante las evidencias, los investigadores que se han ocupado del tema creen que las personas asexuales tienen impulsos eróticos casi nulos debido a desajustes hormonales o neuronales, sin dejar de lado la teoría de un posible origen genético, pues se han registrado casos de ausencia de actividad sexual en diversas especies animales.
No obstante, hasta el momento los expertos coinciden en que “los asexuales parecen caracterizarse más por un escaso deseo y excitación que por bajos niveles de comportamiento sexual o altos índices de represión”, como indican las conclusiones de un análisis realizado por el Instituto Kinsey, en Estados Unidos, y ante tales circunstancias no hablaríamos de una disfunción, sino de una orientación que por sí misma no provoca angustia ni desorden emocional.
Mientras los estudios avanzan y nos ofrecen una explicación más certera, los defensores de esta condición forman organizaciones como la internacional Asexual Pals, cuyos integrantes buscan que su forma de vida se reconozca tan sana y respetable como cualquier otra, o bien, se valen de las nuevas tecnologías para fundar espacios como el sitio Perspectiva Asexual y Red de Educación (AVEN, por sus siglas en inglés), que ofrece la oportunidad de ser un punto de reunión en Internet y brinda orientación psicológica.
Como dato curioso, sirva señalar que el movimiento asexual ya cuenta con una bandera que lo distingue, formada por cuatro franjas horizontales de igual proporción que, de arriba hacia abajo, son de color negro, gris, blanco y morado.
Finalmente, debemos enfatizar que las principales dificultades que padecen o han sufrido las personas sin deseo libidinal, como es de esperarse, surgen al involucrarse sentimentalmente.
Dado que la mayoría de la gente da por sentada la actividad erótica como parte de la vida en pareja, algunos asexuales toleran las relaciones íntimas para mantener el vínculo, aunque de forma conflictiva, ya que su contraparte se siente frustrada por su escasa actividad sensual.
Para ejemplificar lo anterior, basta estudiar la biografía de algunas celebridades que han sido asexuales o se cree que lo han sido, como el físico inglés Isaac Newton, los escritores Franz Kafka (checo) y Paul Bowles (estadounidense), el músico polaco Federico Chopin y el pintor español Salvador Dalí, quien declaró que “el sexo no era para él”, pese a sostener larga relación con su musa Gala, con la que nunca tuvo encuentros íntimos, aunque toleraba que los disfrutara con otros hombres.

Asexualpedia



Asexual heterorromántico/a



El heterorromántico es un tipo de asexual que, a pesar de serlo, puede sentir atracción romántica hacia las demás personas, en este caso, del sexo opuesto.
Junto con los homorrománticos, forman parte del grupo de asexuales que son capaces de enamorarse, aunque no de sentir placer ni atracción hacia las prácticas sexuales.
Los hay que buscan pareja y que encuentran un/a compañero/a sexual con el que tienen que ceder y acordar prácticas sexuales. Claro está, esto sólo sucede con aquellos asexuales que tienen tolerancia a dichas prácticas aunque no sientan nada.
También existen asexuales que logran hacer pareja con otro/a asexual, aunque en menor porcentaje. Éste es el sueño de cualquier asexual romántico, pues los que no tienen esa suerte, suelen acabar solteros.

lunes, 24 de octubre de 2011

Represión de la sexualidad: la causa de muchos males

Por Patricia Espinoza
psicoterapeuta

*La raíz de muchos de los males que aquejan a la sociedad contemporánea es la negación de la sexualidad natural. Cuando esta es reprimida, negada o vivificada, los deseos e impulsos naturales quedan atrapados en una zona intermedia del subconsciente, rebotando de un lado a otro, afectando adversamente la formación del carácter, creando tensión, alimentando fantasías, degenerándose poco a poco hasta que, cuando finalmente emergen al exterior, lo hacen como impulsos degenerados, destructivos, en búsca de una reivindicación, de libertad, de una salvación enfermiza.
En la mayoría de los casos, la identidad personal se desarrollará en base a la sexualidad natural. En otros, la capa de represión intermedia es percibida como fuente de maldad, de inestabilidad emocional. En casos específicos, sin embargo, la represión sexual consigue neutralizar y ocultar la sexualidad natural al punto que los impulsos sexuales no llegan a la plena conciencia, sino son reprimidos y transformados por la barrera intermedia en su opuesto. De ahí surgen identidades sexuales secundarias y opuestas a la identidad sexual natural.
La inmensa mayoría de las personas son, por naturaleza, heterosexuales. Pero también hay quienes son, por naturaleza, homosexuales, bisexuales y asexuales. Cuando los impulsos sexuales de estas personas son reprimidos, surge una identidad contraria a la naturaleza sexual original.
Por lo tanto, la represión sexual nos afecta a tod@s, no importa cuál sea la orientación sexual natural. Su efecto consiste en crear un área intermedia en el carácter que altera los impulsos sexuales naturales y positivos que emergen del núcleo psicológico y emocional y los transforma en impulsos secundarios, dañinos y corrompidos. Cuando la represión es extrema, los impulsos originales son tan reprimidos que no llegan al nivel de la conciencia, sino que son transformados en impulsos opuestos a sí mismos, generando una identidad opuesta al impulsolsexual original.
Para evitar lo, hay que reconocer que la orientación sexual natural del ser humano tiene distintas vertientes. Todas válidas. Lo importante es que se reconozcan y se provea a cada niñ@ el ambiente social en el que se pueda desarrollar plenamente en base a su propia naturaleza sexual. Si esa naturaleza es heterosexual, pues que se desarrolle como heterosexual. Si homosexual, como homosexual. Si bisexual, como bisexual. Si asexual, como asexual. Lo importante es reconocerle y proveerle ese espacio de soberanía personal, desde el nacimiento hasta la muerte, donde se pueda desarrollar en base a su naturaleza y sus determinaciones.
Respeto e informacion son la base para mejorar como sociedad. Así garantizaríamos una libertad real, esa soberanía personal que cada ser humano, a lo largo y ancho de toda su vida ,debe poseer.

Ese es el gran reto.

*Especialista de Inppares
informes@inppares.org

http://www.larepublica.pe/21-10-2011/represion-de-la-sexualidad-la-causa-de-muchos-males

lunes, 17 de octubre de 2011

Sexy News

De nuevo horrorizada ante semejante artículo. Que nadie se preocupe ya he dejado mi comentario y con él mi disconformidad ante las afirmaciones que hacen.


Para nada me siento identificada con la "definición" que pretenden dar de asexualidad puesto que, afortunadamente, nunca he sufrido trauma sexual alguno.


Sin embargo, me ha dado que pensar y he llegado a la conclusión de que tal vez la asexualidad como concepto ha surgido de cierto inconformismo en el terreno sexual. Desde los albores de la revolución sexual, mujeres y hombres han tenido acceso a más y mejor información sobre el tema y ya nadie se quiere conformar con la simple cópula y el satisfacer a la pareja. Tal vez la curiosidad por descubrir las delicias que muchos predican nos ha hecho reflexionar sobre nuestro propio disfrute y las cosa que nos lo proporcionan. Como consecuencia, también y de la misma manera, muchos hemos descubierto que para nosotros y nosotras el sexo es otra cosa, cada quien le pondrá el calificativo que prefiera.


De todos modos, aquí va el artículo en cuestión para que podais opinar.






Damos por supuesto que todas las personas somos sexuales y que muchas de nuestras actitudes y razonamientos giran en torno al sexo como idea principal de nuestra vida. Y, ciertamente, esto es verdad para la mayoría de la gente para los que el sexo es placer, deseo, amor… Pero, aunque nos parezca mentira, hay un sector de hombres y mujeres para los que el sexo no es nada.
Se trata de personas que no sienten ni tan siquiera atracción sexual, así que no podemos definir esta manera ser asexual como una opción sexual. De hecho, psquiatras y psicólogos lo sitúan más bien dentro del espectro de los trastornos personales.
Una de las principales causas de que una persona acabe siendo asexual se puede encontrar en su pasado, especialmente en una educación represora o en un trauma sufrido en la juventud. Su comportamiento, pero, despierta una duda importante: ¿puede un asexual vivir en pareja? Sin duda, su compañero deberá tener muy claro que podrán tener una relación romántica pero no de deseo y de pasión.
En el caso de querer vivir con alguien, una persona asexual debe plantearse el dejar que su pareja pueda tener relaciones con otro o, la otra opción más cómoda para garantizar una convivencia plácida, comprometerse con alguien que tenga los mismos sentimientos respecto al sexo.
No podemos acabar sin señalar que para muchos expertos la asexualidad total no existe, ya que el rechazo al sexo implica ya de por si un posicionamiento en relación a la sexualidad.
+ Info:http://www.sexologia.net/
http://rumbacaracas.com/noticias/2011/10/10/puede-haber-personas-asexuales/